Tengo la sensación de que los veranos muertos se quedan siempre en nuestra memoria, que las ilusiones son el motor de los sueños pero también el motivador del dolor. Tengo la sensación de que las ultimas semanas han sido complicadas; como poco. Tengo la sensación y sólo tengo eso, sensaciones, aire, oxigeno oxidado. Tengo la sensación de que me he abonado a mi mismo, de que me he perdido, que me he estrellado, que me he caído, que me he roto, que me he quebrado. Tengo la sensación y quizás es sólo eso, de que me he quedado vacío, como un jarrón sin flores, como un jardín sin flores, como el bosque sin flores. Tengo las emociones y tengo las sensaciones más extrañas que he tenido en meses. Me mezclo y me estremezco, me estremezco y me mezclo, conmigo mismo, con ellos mismos, con nosotros mismos.
Tengo las sensaciones de que a veces el tiempo es lo único que somos, que a veces el tiempo se acaba y se agota, como nosotros, como ellos, como cuando eramos ilusiones, en fin, que sólo somos tiempos. Tengo la fuerza, y sino la tengo me la invento, me la busco, me la encuentro, tengo los cuentos, y la sensación de haberlos leído todos. Tengo y no tengo, y es que al final quizás no tenga nada más que esta sensación extraña de que el aire se hace más pesado de respirar a medida que pasan los silencios. Tengo miedo a aprender a estar sólo, a acostumbrarme, a cerrarme.
Tengo las 1000 y 1 sensaciones, tengo las 1000 y 1 razones, tengo y no tengo nada, sólo la verdad. Dura, dañina, tóxica, pero al fin y al cabo, la tengo. Tengo que abonar la tierra del olvido, darle de beber, de comer, cuidarla y esperar a volver a tener la sensación de que en este jardín volverán a crecer flores.
MOODBOARD: nº4 02/2015
Fuentes: tumblr.com, theinspirationprovider.com, caughthecreativity.com