Que una persona debe de luchar por conseguir sus sueños e intentar por todos los medios posibles hacerlos realidad, es algo tan evidente, como que uno se moja cuando llueve y no lleva paraguas. Sin embargo, darse cabezazos contra la pared por perseguir lo imposible, hace que existan personas que se obsesionan tanto con algo que les ha invadido por completo el cerebro, que llega un momento que pierden la noción de la realidad, y se pasan gran parte (o el resto) de su vida intentando morderse la nariz, algo a todas luces imposible, salvo que se tenga dentadura postiza.
Fran Laviada