Revista Cine
[REC] 4: Apocalipsis. Dirección: Jaume Balagueró. Guión: Jaume Balagueró, Manu Díez. Fotografía: Pablo Rosso. Música: Arnau Bataller. Intérpretes: Manuela Velasco, Paco Manzanedo, Héctor Colomé, Críspulo Cabezas, Mariano Venancio, Ismael Fristchi, Emilio Buale, María Alfonsa Rosso, Carlos Zabala.
La irrupción de [REC] en 2007 supuso un refrescante impulso en el género de terror, consiguiendo un gran éxito de crítica y público , incluso un remake norteamericano que pasó sin pena ni gloria. Lógicamnete vinieron sus secuelas: tanto la continuación que supuso [REC] 2, como la gamberrada de Paco Plaza que fue la tercera entrega, no cosecharon tantas alabanzas pero, en mi opinión, me parecen dos productos decentes dentro de su género. Ponerle a esta cuarta entrega el subtítulo de "Apocalipsis" creaba la expectativa de estar ante un épico y espectacular broche final de la saga, pero a medida se avanza su metraje uno se va dando cuenta de que no nos vamos a encontrar con la secuela definitiva de la saga iniciada por el tándem Balagueró y Plaza.
Manuela Velasco.
Me siguen inquietando esos infectados que corren atropelladamente hacia los protagonistas pero poco queda de esa tensión que se creaba en la primera entrega, de esa claustrofobia y ese nerviosismo contagioso que hizo de [REC] todo un referente. El escenario donde ocurre la acción, un barco donde se tiene en cuarentena a los supervivientes de las películas anteriores, no está aprovechado en su guión como hubiera sido deseable y además, parece que Balagueró ha filmado esta secuela sin la pasión y entrega de la primera... Vamos, que ya no me hace pasar miedo y entonces... ¿Qué nos queda?Pues lo que queda es un guión con algunas trampillas e incoherencias que como espectador no puedo pasar por alto; también se observa un trabajo flojillo y poco creíble de alguno de sus intérpretes y la que fue reina del terror, Manuela Velasco, tiene algún momento de histeria que no viene a cuento.
En fin, que las decepciones se van sumando y el barco de los infectados no sale a flote a pesar del ritmo frenético de su trama y de la potente banda sonora que hace lo posible por realzar y dar grandilocuencia a lo que se ha hundido en su primera mitad. Ni la vertiente satánica iniciada en la segunda película ni la terrorífica Niña Medeiros tienen cabida en esta simplemente entretenida entrega que, para colmo, tiene un vergonzoso epílogo que está más cerca de la serie Z que del buen cine de terror.
CALIFICACIÓN: 4