
Y el líder de Ciudadanos está encantado de ser el centro de atención, encantado de haberse conocido, como en su día lo estuvo Iglesias. Pero tanta exposición a los medios de comunicación no es del todo positiva, más bien es peligroso, porque la gente lo analiza todo de uno, lo valora todo y cualquier comentario fuera de lugar puede ser el fin de una fulgurante carrera política. Y dicen que Pablo Iglesias ha sido consciente de esta situación y para evitar más problemas de los que tiene ha dado un paso atrás, ocupando un segundo plano en los medios de comunicación. Y ese primer plano ha sido ocupado por Albert Rivera. Y esa sobre exposición empieza a hacer mella en el político catalán, que ve como los medios no le quitan ojo y todas sus declaraciones son valoradas en todos los sentidos. Y poco ayuda el Sr. Rivera con las declaraciones que hace, como la que dedicó ayer en el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, cuando dijo que “la regeneración democrática y política de este País pasa por gente que haya nacido en democracia”, es decir, que los que hayamos nacido antes de 1978 no tenemos capacidad para la regeneración democrática de España. ¡Menuda tontería! Luego Rivera dijo que él no había dicho eso, pero ahí está la grabación, porque es lo que tiene ser tan mediático, que todo se lo graban a uno. Y como esa declaración estas últimas semanas alguna más, como lo de controlar quién vive en nuestros pisos, recuperar el impuesto de sucesiones y otras perlas… El problema que tiene ser tan mediático, ser en centro de atención de todo, es que uno puede llegar a morir de éxito sin haber llegado a nada, o casi nada, en política. Y ese es el gran peligro de Albert Rivera, morir de éxito, algo que como continúe por ese camino puede suceder más pronto que tarde.