Hace algún tiempo, un portal argentino hacía referencia a lo caro que resulta morirse en China. El metro cuadrado de sepultura cuesta más que el de una vivienda. Eso en aquella cultura que considera todo lo relacionado con la muerte como de mal agüero. Lo cierto es que en el país más poblado del mundo, donde mueren ocho millones de personas al año, la muerte se ha convertido en un lucrativo negocio. En Cantón, al sur del país, se han llegado a pagar hasta 146.000 dólares por metro cuadrado, según el diario "China Daily". Y como expresa un titular de otro diario del noroeste del país:."Demasiado pobre para vivir, demasiado pobre para morir". Pero en esta cita de los sábados, hoy vengo con otras efemérides: los vivos, seguramente los vivos más pobres, eran condenados también a pagar por los parientes que morían antes de cumplir su condena.
Cuando fallece en China algún individuo procesado por delito de homicidio, creen sus compatriotas que su muerte es una prueba evidente de su delincuencia, y no permiten que quede sin castigo. Si tiene hijos se mete en la cárcel al mayor durante un año, y si es soltero se azota a su padre o a uno de sus hermanos, con el fin de que purgue la falta del muerto en este mundo alguien de su familia.
DIARIO PALENTINO | 26 Julio de 1927