Revista Cultura y Ocio
MORIR NO ES LO QUE MÁS DUELE - Inés Plana
Publicado el 12 febrero 2018 por De Lector A Lector @deLectorALectorSeguro que todos habéis visto en los últimos días la portada de Morir no es lo que más duele de Inés Plana en los diferentes medios y es que no es para menos ya que la autora se estrena con esta novela negra por la puerta grande.
NUESTRA OPINIÓN....Que te entre por los ojos una portada tan maravillosa (al menos para mí) como ésta es fácil. Si además el argumento acompaña ya se convierte en un imprescindible que intenta hacerse hueco en las prioridades del mes. En este caso, además de por lo anterior, esta novela se coló entre mis lecturas de enero ya que tuvimos un encuentro con la autora y qué mejor manera de exprimir la novela que con ella.
Morir no lo que más duele comienza con un ahorcado, así, de repente, y tal y como se queda el lector es como se quedó la propia autora ya que ella misma había presenciado algo así hace años desde un tren y en su mente se quedó hasta que con esta novela ha decido sacarlo.
Además del ahorcado en sí, la novela comienza con dos misterios más: a la víctima le han arrancado los ojos y además, en su bolsillo se encuentra escrito de su puño y letra el nombre y dirección de una chica que, aparentemente, nada tiene que ver con él: Sara Azcárraga. Como imagináis esto es solo el principio, pronto iremos descubriendo la identidad de la víctima y la de la persona a la que corresponde el nombre que lleva en su bolsillo, lo que no será tan fácil para la policía será hilar las dos historias, conseguir saber qué las unía.
Por medio de capítulos bastante largos escritos en tercera persona e interrumpidos por los diálogos de los propios protagonistas vamos a ir conociendo la historia desde varios puntos de vista, principalmente el de Sara, el de la Guardia Civil formada fundamentalmente por el teniente Tresser y el cabo Coira y la psiquiatra Adelaida. Cuatro personajes con cuatro caracteres totalmente opuestos.
Tengo que decir que me ha encantado tanto el teniente Tresser como el cabo Coira, tan diferentes entre sí pero que forman el perfecto equipo. En algunos puntos Tresser se me ha postulado como un tipo bastante machista, tanto en sus comentarios como en sus pensamientos, pero supongo que eso es precisamente lo que la autora ha querido plasmar de él y contrarrestarlo a su vez con ese amor repentino que empieza a sentir hacia los animales cuando Greta, la gata de su vecino, llega por sorpresa a su vida. Además, la vida de Tresser tampoco ha sido fácil como poco a poco iremos descubriendo. Tresser ha tenido una infancia llena de silencios que le golpearán de nuevo cuando menos se lo espere.
Por el contrario, Coira es el policía leal, sensible y sobre todo entregado a su trabajo, con las ganas que nos otorga ser joven y no estar de vuelta de todo.
Con estos personajes y lo que vamos descubriendo de sus vidas, Inés Plana ha conseguido que parte del interés de la novela radique también en conocerlos y en crear unos personajes que queramos seguir viendo en novelas posteriores como así será según nos adelantó la propia autora.
Es difícil hablar del personaje de Sara sin desvelar absolutamente nada pero, aunque desde el principio podemos ver que algo le ha tenido que suceder para llegar a ser como es y a llevar la vida que lleva, no será hasta bien avanzada la novela cuando logremos atar todos los cabos. A este respecto tengo que decir que me quedado un poco fría con el final que se le ha dado a Sara, no quiero decir que no sea coherente, pero me habría gustado saber algo más de ella. Quién sabe si quizá la recuperaremos en novelas posteriores.
También me ha gustado que la autora, apoyándose en hechos reseñables y que todos podemos recordar de nuestra historia, aprovecha para situarnos en el tiempo, el 2007, y el contexto histórico que estos años conllevaron con el temido inicio de la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Hay que destacar que para mí esta novela tiene dos partes diferenciadas: una primera parte en la que tratamos de descubrir quién es el asesino y una segunda parte en la que sabemos quién es y lo importante es saber porqué, las razones que le han llevado a ello.
Y a su vez, a lo largo de toda la novela, es tan importante como la trama en sí, la historia de los personajes, la pasada y la actual, su psicología, sus actos, sus recuerdos y sus vacíos impuestos por ellos mismos son esenciales para el desarrollo de la novela.
No puedo dejar de hablar del final, para mi gusto es un poco forzado, demasiado casual la resolución del caso y, para mí, innecesario lo que sucede con el asesino dejando abierta una historia de la que quizá se nos ha contado demasiado para terminar de esta manera. En cualquier caso, no deja de ser una opinión personal, no creo que no sea creíble, hay veces que las cosas se resuelven por pura casualidad pero esperaba algo diferente. Una vez más, creo que el punto fuerte del libro son más los personajes que la propia trama y sí creo que la autora ha conseguido mantener al lector atento y enganchado a lo largo de toda la novela.
Finalmente, creo que la novela tiene mucha denuncia, una crítica a la sociedad que vivimos o hemos vivido. En la novela Inés Plana resalta una crítica a los actuales tratamientos psicológicos que se llevan a cabo hoy en día y que en la mayoría de las ocasiones se limitan a medicación en vez de tratar de hablar con las personas y resolver sus traumas. Creo que Adelaida refleja muy bien este papel de psiquiatra de vocación que lo que quiere es comprender y ayudar a las víctimas volviendo al origen del problema y no resolverlo a golpe de pastillas. También espero reencontrarme a Adelaida en novelas posteriores.
También resalta la homosexualidad reprimida y el daño que puede llegar a causar en los que la viven pero también en los que les rodean y, una vez más, la urgencia por cerrar algunos casos policiales, aún sin las suficientes pruebas, cuando el tiempo apremia y se echa la gente encima como puede pasar en un ambiente rural, sobre todo y gracias a Dios, en el pasado.
En conclusión, Morir no es lo que más duele es una mezcla de thriller y novela negra (quizá un poco diferente de la que estamos acostumbrados) que engancha, una novela en la que los personajes y sus vidas toman casi tanta importancia como la trama en sí.