Una parte destacable de las Fiestas Patronales de Peñiscola es el desfile de Moros y Cristianos, con lo que se pretende recordar un septiembre de 1233, cuando el rey Jaime I llegó a la ciudad consiguiendo tomar la fortaleza sin lucha. Una explosión de color y belleza, desde niños hasta personas de avanzada edad (pero con el espíritu joven), hacen disfrutar a los turistas, pero sobre todo se les ve gozar a ellos con esta representación. Con todas las veces que he estado en Peñíscola, nunca lo había visto aquí, de forma que disfrute muchísimo tanto del desfile como de la música.
Curiosamente una de las comparsas más espectaculares, no iban vestidas ni de moras ni de cristianas, pero vaya espectáculo, bellas mujeres bailando.