Una simple llamada de teléfono es capaz de atarnos a una fantástica oferta y hacernos chocar contra una gris y fría realidad al comenzar a disfrutar de los servicios contrastados. Esta práctica es especialmente importante en servicios de comunicaciones (telefonía fija o móvil y accesos a Internet). Una simple llamada es capaz de atar a un cliente a un servicio pésimo del que no tiene vías de escapar, por mucho que reclame.
Ante este tipo de des-servicios el consumidor poco puede hacer. Sin embargo, si se toma las de Villadiego y dejar de pagar, en ese momento la justicia si funciona y la empresa se ve amparada legalmente para hacer reclamaciones judiciales e incluir al cliente. Desde luego, no es este el mejor plan para lograr una alfabetización tecnológica plena, por mucho que intente vendernos la moto por diversos canales.alfonsovazquez.comciberantropólogo