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Moscú admitió por primera vez en forma oficial que en vísperas de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, gracias a la colaboración entre la inteligencia de varios países, fue desarticulado un plan para un atentado terrorista confiado a mujeres suicidas que debían esconder explosivo en un tubito de crema para manos, a bordo de un avión.Lo dijo Oleg Siromolotov, viceministro de Exteriores para la lucha contra el terrorismo, según el periódico Juventud Rebelde:
«Cuando nos hallamos frente a graves amenazas terroristas, una de ellas concerniente a un posible ataque con un avión, el control fue realizado por cinco servicios de seguridad en cuatro países diferentes y todas aquellas personas fueron arrestadas en Austria y Francia antes de los Juegos», contó a Interfax.
«Aquellas mujeres atacantes en Francia tenían algunos mapas que mostraban dónde debían poner los explosivos», que tenían «en la crema para manos», con un «microdetonador llevado desde Siria».
«Todo esto era absolutamente real», agregó. En ese momento, solo se supieron informaciones sobre el temor a atentados tras la prohibición de Rosaviatsa —el ente ruso de control de la aviación civil— de llevar consigo o en el equipaje de manos «tubitos o pequeños contenedores u otros medios para la conservación de sustancias de higiene personal, cosméticos, medicamentos, sobre todo de capacidad inferior a 100 miligramos» (la habitualmente permitida, NDR).