Revista Libros

Mosquetones y arneses

Publicado el 08 agosto 2012 por Francescbon @francescbon
MOSQUETONES Y ARNESESSolía leer libros de management. Peor: los compraba, incluso, y los leía luego. Tarde más de lo recomendable en hartarme de leer obviedades como para que una empresa sea viable hay que incrementar las ventas y reducir los gastos. Mea culpa. Aunque, claro, algo queda, alguna frase lapidaria con la que puedes demostrar ante unos cuantos que estás al tanto, de estas cosas, que sabes como llevar un negocio.Una de esas frases decía "la mitad de la inversión en publicidad es completamente inútil, pero no se sabe qué mitad ". ¿Véis?. Tanto rato perdido entre bostezos, tanto estante desaprovechado en muebles de oficina, al final sirve para algo más prosaico. Porque a Dinero le sobran como 200 páginas, pero no sé cuales. Porque seguramente cercenar la mitad de ese libro daría como resultado dos buenos libros: dos buenas novelas de corte algo confuso y claustrofóbico, pero dos tomos bien escritos, de rico lenguaje, de situaciones algo surrealistas, de una inexplicable riqueza narrativa. La cuestión es que, entero, the whole pack, me ha situado en una tesitura que pocas veces había experimentado como lector. Pues a pesar de que seguía avanzando con cierta sensación de que la historia no acababa de quedar definida, me veía incapaz de abandonar su lectura. A un ritmo pausado: no más de 40 o 50 páginas al día. Con un enorme esfuerzo inicial, pero jamás planteándome abandonarlo. Por mucho que tardara unas 150 páginas, o así, en llegar a especular cual era la profesión del protagonista, esa profesión que compatibilizaba cuantiosos gastos en un tren de vida a todo trapo, con un aparente perpetuo estado de dolce fare niente. Por mucho que ese trasiego vital, repleto de excesos de todo tipo y de todo precio ( pornografía, onanismo, alcohol, comida basura, conatos de pelea, habitaciones fijas de hotel, tabaco, actorzuelos y strippers) hacía presagiar que para nada estamos ante un ejecutivo como los que pueblan las novelas de Easton Ellis, este John  Self, que así se llama el protagonista, levanta ante el lector tal bruma, tal nube de vapores y humos de todo tipo, mezclados entre sí, sobre su propia existencia y avatares, que uno acaba pensando si el caos y la confusión no son un recurso narrativo que apoya más la intención de la historia. Eso, y la presencia, no tan metaliteraria como algunos temerían, del propio Martin Amis como personaje de la novela. Así he atravesado este libro: con cautela, vigilando donde ponía los pies, controlando las dosis y quedando, al final, no colocado, sino descolocado.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Francescbon 36 veces
compartido
ver su perfil
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revista