Nos encantan los vestidos de novia... En realidad, casi todas las mujeres hemos fantaseado alguna vez con cómo sería nuestro traje ideal para ese acontecimiento. Nuestras hijas, sobre todo una de ellas, y a pesar de su juventud, imagina a veces cómo querría lucir ese día, e incluso qué flor llevar en su ramo nupcial... Y nosotras, que ya vivimos ese momento, alguna vez, en nuestras charlas de taller, hemos caído en la tentación de pensar cómo nos habríamos ataviado con los gustos y la estética de ahora. Para empezar, ambas coincidimos en cambiar de peinado; sustituir nuestros clásicos moños de antaño por un semirecogido con la melena suelta y ligeramente ondulada, para seguir con un velo más ligero que, más que arroparnos, nos acompañara... Romanticonas que somos, en eso no pasan los años por nosotras... De ahí que nos gusten tanto las mosquiteras; pocos elementos decorativos pueden resultar tan evocadores y soñadores como este tejido sobre la cama. De la misma manera que no hay vestido más delicado y favorecedor para una mujer que el de novia. Y ambos con el blanco por bandera. Hoy queremos mostraros otras formas de lucir esos "velos" que vigilan nuestros sueños; suavemente anudados, creando un juego de volúmenes sugerentes y, a veces, sorprendentes, que convierten el hecho de ir a la cama en un momento casi mágico.
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¿Tenéis alguna mosquitera en casa que vele vuestros sueños?