Motel (Relato erótico)

Toqué la puerta del viejo motel y me quedé en el umbral esperando mientras mi corazón parecía que iba a salir disparado de mi pecho. No era momento de arrepentirse pero aún podía hacerlo. Si corría en ese preciso instante y me perdía entre las luces de la ciudad todo seguiría igual. Sentí como el picaporte se movía y un hombre aparecía frente a mi con nada más que una toalla. Se disculpó por su look diciendo que recién salía de la ducha pero ambos sabíamos que en algún momento terminaría desnudo de todas formas. Entré y me senté en la cama mientras él sacaba una camisa de su bolso de mano. Mi cerebro estaba a punto de explotar. Nunca había estado con un desconocido. Si no había algo urgente iba a romper en un ataque de ansiedad. Me puse de pie y caminé hacia él. Lo miré a los ojos color café por un par de segundos y lo besé. Sus brazos se cerraron en mi mientras nuestras lenguas danzaban. Su olor, su textura, su presencia me volvía loco. Me tiró a la cama abruptamente y comenzó a sacarme las zapatillas, las tiró al piso y siguió por mis jeans. Me excitación estaba a la vista. Me saqué la remera torpemente en el momento justo en el que él se tiró sobre mi. Su erección se encontró con la mía y volvimos a enredarnos entre besos y abrazos. Me miró con una sonrisa pícara y comenzó a bajar. Mientras me sumergía en ese estado de éxtasis, dejé de pensar. Los problemas no existían. La vida dejó de ser una porquería en ese instante. Solo estábamos él y yo. Nuestros cuerpos. El mundo desapareció y agradecí haber tenido el loco impulso de ir a aquel motel desconocido. Mi mano se entrelazó con su cabello y empujé. Empujé y la vida fue dulce por un momento. Muy dulce

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