Revista Cine
Director: Darren Aronofsky
Bueno, la U no salió campeón (¡y qué importa, sigue siendo el equipo más grande y apasionante de Chile!), los malos de la Unión Española se echaron el campeonato y lo peor es que ganaron los indios gracias a un penal la mar de conveniente. Vaya torneo más mediocre. En fin... supongo que un poco de cine de estreno (del presente año, mejor dicho) me ayudará a despertar y a recuperar mi mente vibrante y electrizante. Acá vamos con una película que dividió a la gente de la misma manera que lo hizo... uh... ¿Moisés?, cuando abrió el mar... ese mar que se abrió en dos. La película en cuestión, valientemente rodada en 16mm en tiempos donde la vil comodidad parece determinar las decisiones creativas (casi ningún hijo de puta quiere trabajar en film, prefieren digital los desgraciados porque es más fácil), es "mother!", último trabajo a la fecha de Darren Aronofsky. Les digo de inmediato que seré un férreo defensor de este magnífico film.
Dios mío, qué horror. Honestamente no entiendo el desprecio y el vapuleo a esta película. Pero qué digo: lo entiendo perfectamente. "mother!" muestra lo que la gente no quiere ver: es un espejo que devuelve una imagen deformada, corrupta y putrefacta, que refleja lo peor, lo más asqueroso y enfermizo de la humanidad, que muestra un abismo insondable y oscuro ahí en donde debería haber un rostro, una sonrisa, y lo hace con tanta ira, de manera tan visceral y bestial, que por eso la gente prefiere dar media vuelta y olvidarse del asunto, y no sólo olvidarse del asunto sino que tirarle mierda y romperlo en mil pedazos, con la esperanza de no volver a ver tan aterrador panorama. Porque "mother!" es un film aterrador, su horror es un horror diferente, nada genérico ni efectista, sino que un horror conceptual, psicológico, filosófico incluso. Sus dos horas de metraje son una pesadilla sin fin; Aronofsky nos sitúa en un ambiente ominoso, sofocante, opresivo, claustrofóbico, perturbador, repugnante, desesperante, grotesco, sórdido, denigrante... realmente nos lanza por una espiral de deshumanización total, deshumanización que yo asocié, durante al visionado, a la pesadilla del individuo siendo consumido y devorado por las masas, a la pérdida de identidad: la sociedad capitalista transformando a todos en uno solo, en un sujeto manso y obediente que sigue la última tendencia, que se vuelve loco por el último fenómeno social, que se hipnotiza por las nuevas tecnologías, que se encierra en un estrecho círculo de ilusa diversidad y libertad de movimiento, que ilumina sus pupilas ante tanta oferta y vacuo espectáculo mientras se apaga su cerebro y el discernimiento se pierde en un torrente de información inútil y mentirosa... Un verdadero horror. Resulta, no obstante, que "mother!" es una alegoría bíblica, una suerte de crítica al fanatismo ciego y a la amoralidad de Dios, pero para mí sigue siendo un feroz y salvaje alegato en contra de la hipocresía de los tiempos que corren, del supuesto empoderamiento de una población que experimenta la realidad virtualmente y que se arrodilla ante una gigantesca pantalla que peligrosamente pretende erigirse como la única pantalla, y la pantalla puede ser cualquier cosa de carácter viral, el nuevo ídolo. Lo bíblico, aunque sea la columna vertebral de la película en tanto recurso dramático, me parece irrelevante y no me interesa en lo sustancial, pero sí le da cierto empaque al argumento, explica varias escenas y ciertamente otorga una sensación de conclusión y final, aunque sabemos que la pesadilla siempre se repite, eternamente y por los siglos de los siglos. Lo importante es que el significado mismo de la película trasciende lo bíblico, no se ve determinado por ello, porque en el fondo la biblia es una interpretación de la humanidad (independiente de la veracidad de sus relatos e historias), y eso es esta película, una cruda y pesadillesca interpretación de la humanidad: el caos, la autodestrucción, el infierno...No soy fanático de Jennifer Lawrence pero indudablemente se entrega en carne y hueso, descarnadamente, a este tremebundo tour de force que la humilla y maltrata a niveles repulsivos, pero que por lo mismo funciona tan bien como declaración de intenciones y crítica socio-política, simbólica también, como reflejo de esta sociedad tan contradictoria y decadente. Tampoco soy fanático de Aronofsky, de hecho sólo he visto "El luchador" y esa ya la tengo más que olvidada (¿la habré visto hace siete años?), pero "mother!" es la obra de un genio, y un genio es alguien que no tiene miedo de expresar lo que siente y lo que piensa, alguien que está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias y a morir en su propia ley. Sí soy admirador del gran Ed Harris, y qué interpretación tan brutal nos deja.Y, por favor, disfruten esa imagen sombría y tenebrosa rodada en 16mm antes de que las películas comiencen a parecerse a las series de moda, antes de que las películas de ciencia ficción luzcan como "Black Mirror" o que las películas de terror luzcan como "Stranger Things", antes de que las imágenes sean iguales las unas con las otras (y no sólo iguales, sino que también planas y superfluas), antes de que el cine estadounidense (o de cualquier país excesivamente influido por lo que viene de gringolandia) esté lleno de "cineastas" cuyos referentes con suerte se remontan a los noventa y sean mayormente televisivos. Recuerdo que una vez, al principio de la universidad, en uno de los tantos carretes iniciales en donde casi todos eran amigos, un par de compañeros fueron, cámara en mano, preguntando a los más borrachos si el cine es inmortal o no, y yo dije, citando a Arthur Penn, que el cine lo hacen las personas, ergo, el cine morirá cuando las personas mueran. Ahora pienso que el cine morirá antes y que, en cierta forma, ya está muriendo.Pero bueno... Lo cierto es que "mother!" es, con creces, de las mejores películas del 2017. Ovación para el señor Aronofsky. Se necesitan películas así de duras, incorrectas, salvajes, en definitiva, así de suicidas.
...la misantropía de Crumb palidece al lado de la mía... ¡es broma, ja, ja!... nadie se compara al gran misántropo, pero de vez en cuando tengo derecho a una que otra boutade, ¿no?...