Motiva a tus hijos a estudiar (II)

Si aún no te has leído la primera parte de este artículo, hazlo ahora y sigue con este fragmento en el que seguimos analizando distintas estrategias y consejos para conseguir que nuestros hijos estudien con más entusiasmo:

- Buscar sus puntos fuertes y desarrollarlos

Otra solución que suele dar sus frutos reside en encontrar los puntos fuertes del escolar durante sus primeras etapas. Mientras que a unos se les da bien el dibujo y las actividades artísticas, otros niños pueden ser “ases” en las matemáticas o la técnica, por ejemplo. Conocer aquello que se le da mejor a nuestros hijos resulta indispensable para saber en qué asignaturas debe mejorar y en qué otras no presenta problemas.

- Obligarle a llevar un planning organizado

Siguiendo con el ejemplo de la organización, un buen planning a diario de todas las actividades que nuestros hijos deban realizar les ayudará a organizarse y aprovechar su tiempo al máximo.

- No presionarle

Aunque determinados niños presenten buenas capacidades para las asignaturas de la escuela, no debemos presionarles y exigirles determinadas notas que no puedan cumplir. Lo importante es que les “saquemos” todo el esfuerzo posible; los resultados ya vendrán solos.

- Mantener contacto con profesores y tutores del centro

Esta medida en ocasiones produce algo de vergüenza a los padres, pero lo cierto es que, por una razón o por otra, en la mayoría de escolares se da el caso que alguna vez se debe de hablar personalmente con el tutor del niño para recibir atención personalizada. Unas calificaciones bajas imprevistas o algún problema con una asignatura en concreto son problemas que los padres tal vez no entendamos pero para los que el profesor puede tener respuesta.

- Dejar que sean ellos mismos

Finalizamos con este último consejo, a menudo olvidado para padres muy exigentes y que siempre quieren el máximo de sus hijos. No nos engañemos: un niño, aunque aún no tenga plena constancia de su situación, debe poder elegir libremente aquello que le gusta y disfrutar de ciertos momentos de diversión, como cualquier otro de su edad.