Revista Empresa

Motivación para el cambio

Publicado el 08 junio 2011 por Juan Carlos Valda @grandespymes

Motivación para el cambio

Por Delio González Burgos

Para cambiar hay que entender primero qué es cambiar, ya que este término significa que voy a modificar mi forma común y tradicional, se va a truncar un modo de vida para iniciar otra, siempre pensando en el progreso personal y en el beneficio interno y externo del ser humano. Todo cambio requiere modificar nuestra conducta, nuestro comportamiento y hacer una revisión austera y franca de nuestro quehacer como personas.
 
Por lo anterior, los objetivos que perseguiremos con estas ideas son :
 
1. Vender la idea de la necesidad de cambio
 
2. Vencer la resistencia al cambio
 
Para ello hay que empezar diciendo que el cambio es un valor, por lo que en la práctica implica una percepción, un sentimiento y un pensamiento, es decir, debe estar inmerso en nuestra conciencia y debe observarse como una necesidad para adaptarse al entorno, es mirar la realidad con ojos futuristas, es arrancar lo malo que hemos venido haciendo, para buscar el bien, pues solo esto nos hará encontrar la felicidad plena. Obviamente para propiciar el cambio con vehemencia, confianza y seguridad debe existir la motivación vista ésta como la voluntad para hacer un gran esfuerzo para alcanzar las metas, condicionado por la capacidad individual para satisfacer alguna necesidad personal , lo que al final permite el logro o la satisfacción que es un conjunto de sentimientos favorables , que se expresan con la llegada del éxito personal; por ello Antoine de Saint-Exupery, en su libro “El principito” nos dice:

“…Si quieres construir un barco,
no empieces a buscar madera,
cortar tablas o distribuir el trabajo,
sino que primero has de evocar en los hombres,
el anhelo de mar libre y ancho…”

 
Es decir, antes de hacer que las personas hagan las cosas, primero hay que motivarlas, pues con ello realmente lograremos los objetivos propuestos.
 
Según lo anterior, las fases fundamentales para el proceso de cambio son:
 
1. Comprensión y desarrollo de la necesidad de cambio, es decir vender la idea y con buena y excelente publicidad de que es necesario el cambio.
 
2. Desarrollo de las relaciones de cambio, cuál cambio es el que se quiere.
 
3. Proceso real de moverse hacia el cambio
 
4. Intento de estabilización de la situación provocada
 
5. Mantenimiento, es decir, cuando se esté dando el cambio no dejarlo estático sino que hay que proceder a alimentarlo con ideas o con productos.
 
  
Para fortalecer este mantenimiento vamos a recordar un proverbio indú que dice:
 
 
“…La persona es una casa de cuatro cuartos
a saber:
Los aspectos FÍSICO, MENTAL, EMOCIONAL
Y ESPIRITUAL de la vida,
Y hay una tendencia a pasar mucho tiempo
En un solo cuarto, pero, a menos
Que vayamos a cada uno de los cuartos cada día,
Aunque sea para ventilarlo,
Dejamos de ser una persona
COMPLETA Y EQUILIBRADA…”
 
 
Como lo menciona el proverbio, efectivamente la tendencia de uno es preocuparse por uno de esos aspectos, pues hay una necesidad exacerbada de cuidar su físico, pero nos olvidamos de la parte emocional, o me preocupo mucho por la parte intelectual y olvido las otras partes, hay que recordar que somos seres integrales y que no podemos separar nuestras partes, los componentes de nuestro cuerpo y espíritu, es decir, somos un todo, y cuando tomemos conciencia de esto, encontraremos el equilibrio y estaremos dispuestos al cambio.
 
En los negocios se puede decir que el cambio empieza y termina con los negocios, no con el cambio, porque el cambio es permanente, porque el cambio es nuestro aliado; debe darse en forma planeada y no por accidente.
El cambio tiene que ver con las personas, ellas lo sorprenderán, no es posible cambiar la empresa, sin cambiar uno mismo, porque la empresa debe estar dentro de nosotros, debemos convertirnos en empresarios personales, que nos permita administrar nuestro entorno y buscar así la superación, sin embargo, no se puede forzar a la gente hacia el cambio, ellos mismo tienen que tomar la iniciativa, porque para crecer a lo interno y al externo hay que cambiar y la mejor manera de cambiar, es estar enterado exactamente donde se está parado, lo que significa estar consciente de nuestra realidad.
 
 
RESISTENCIA AL CAMBIO
 
 
Debemos estar conscientes que siempre va a existir oposición al cambio, pues nos da temor lo nuevo, ya que nos sentimos mejor con lo viejo, pues es parte de la naturaleza humana, resistir al cambio, porque el cambio no se puede imponer, debe ser voluntario y por convencimiento propio, porque cuando una situación que no es real se define como real, es real en sus consecuencias, por ejemplo, la gente resiste al cambio, en especial al tecnológico, ya que teme a las consecuencias sociales y humanas del cambio.
 
De lo anterior se deriva que hay fuerzas restrictivas a los procesos del cambio, como son:
 
1. Falta de reconocimiento de la necesidad de cambio
 
2. Temor a lo desconocido
 
3. Temor a las consecuencias desfavorables dentro de las organizaciones
 
4. Recelo ante los verdaderos motivos de los iniciadores
 
5. La incertidumbre sobre la propia capacidad para adquirir nuevas destrezas
 
6. Temor a la reducción del poder individual o grupal
 
7. Dificultad para resolver la disonancia entre creencias previas y la realidad presente.

También hay que mencionar que así como hay fuerzas restrictivas se encuentran otros factores que contribuyen a esta resistencia, entre los cuales están:
 
1. Las ambiguedades que conlleva el cambio, pues es una alteración de mi realidad
 
2. Los estereotipos que se crean
 
3. La disminución del poder, pues el cambio podría ser quitar un poder impuesto
 
4. Las destrezas que demanda de cada uno de nosotros este proceso, pues no es solo aceptarlo, sino que hay que desarrollarlo.
 
5. La satisfacción que pueda propiciarme
 
6. Las normas que el grupo pueda crear como producto del mismo
 
7. La seguridad que se pueda obtener con su llegada.
 
 
CAMBIO Y ALIENACIÓN
 
Otro de los elementos que tienen que ver, no solo con la llegada o el inicio del cambio, sino con la necesidad misma del cambio es la alienación, pues este fenómeno presente la mayoría de las veces en cada uno de nosotros, es una mutilación de la conciencia, por esto, E. Fromm, psicólogo norteamericano, nos dice que con la presencia de ésta, el ser humano deja a un lado sus propias cualidades y poderes, para convertirse en una cosa, lo que lo hace llevar a cabo su labor en forma mecánica, sin dar cuenta del por qué o de sus propias causas. De hecho esto obliga definitivamente a la persona al cambio, pues de lo contrario no va existir un criterio personal ante los embates de la vida, sino que se transformará en uno más del montón, y eso no es lo que se quiere del ser humano, deben prevalecer en él sus áreas de pensar, sentir y actuar, pues de lo contrario, se convertirá en un animal, que solo actúa instintivamente.
 
BENEFICIO DEL CAMBIO
 
 
El cambio deber verse no como una amenaza sino como un beneficio, debe verse como algo que lleva a una vida más próspera para todos, es algo positivo, pues hará de cada uno de nosotros un ser viviente, que lucha, gana y se fortalece en el bien, sin dar cabida a las inclemencias que la vida presenta, pues aunque queramos, la mayoría de las veces, no podemos evadirlas, pero si las enfrentamos con entereza, confianza y seguridad en nosotros mismos, podemos librar esas batallas y salir triunfadores y lo más importante vivir con espíritu alegre y fortalecido.
 
Por esto, hay fuerzas en nosotros que reducirán las restricciones y temores hacia el cambio como son:
 
1. La creación de un clima propicio, basado en el respeto por las personas
 
2. Lograr la participación efectiva y real, no manipuladora
 
3. Asumir una actitud experimental y curiosa, como lo presenta el ANALISIS TRANSACCIONAL con su teoría P.A.N., que nos dice que en cada uno de nosotros está presente un PADRE, que es aquella parte moralista, un ADULTO, que es la parte razonable que nos guiará a la mejor toma de decisiones y un NIÑO, el de los berrinches, los arranques y las cóleras, que a veces, si somos tolerantes, no serían necesarias. Si acatamos esta parte, probablemente no solo cambiemos, sino que nos sentiríamos mejor y más tranquilos.
 
4. Mostrar una exposición gradual a los procesos, no hacerlo en forma impulsiva, sino planeada.
 
 
En otras palabras, para administrar el cambio, existen algunos aspectos éticos, tales como:
 
1. Conócete a ti mismo.
 
2. Se logran mejores resultados elevando la moral, que reduciendo la autoestima.
 
 
Y, para concluir, preguntémonos:
 
SI NO ES HOY, ¿CUÁNDO?
SI NO ES AQUÍ, ¿DÓNDE?
SI NO SOY YO,
¿QUIÉN CAMBIARÁ AL MUNDO?
 
Pues la mayoría de las veces queremos cambiar a los demás, sin hacerlo nosotros, para ello veamos:
 
“… Cuando era joven y libre, y mi imaginación
no tenía límites, soñaba con cambiar al mundo.
Cuando me volví más viejo y más sabio descubrí
Que el mundo no cambiaría, así que acorté mis
Anhelos un poco y decidí solo cambiar mi país.
Pero éste también parecía inmutable.
Cuando entré en el ocaso de mi vida,
En un último y desesperado intento,
Decidí cambiar solo a mi familia,
A los que estaban más cerca de mí,
Pero, igualmente ellos no cambiarían.
Y, ahora, mientras me encuentro en mi lecho de muerte,
Repentinamente me doy cuenta:
Si hubiera podido cambiarme a mis mismo,
Entonces por el ejemplo,
Hubiera cambiado a mi familia.
Por su inspiración  y valor hubiera entonces
Podido cambiar a mi país,
Y, a lo mejor, tal vez hubiera podido
Cambiar al mundo…”
 
Que no nos pase eso, aceptemos el cambio en nosotros y el producto de él lo reflejaremos en los demás, no dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy.

Autor Delio González Burgos  – [email protected] 



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