Artista: Motorpsycho
Álbum: Kingdom of Oblivion
Año: 2021
Género: Prog ecléctico / rock psocodélico
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Noruega
Con más de treinta años de carrera, Motorpsycho es uno de esos grupos que hemos ido escuchando desde casi casi siempre, que además sacan casi un disco por año. Setenta minutos de música que supone un soplo de aire fresco a su discografía; no olvidan sus influencias progresivas de aires setenteros pero el computo global es un trabajo variado y completísimo estilisticamente, un logro para una banda que lleva tantos años activa.
Sin previo aviso por nuestra parte pero sabiendo desde hace semanas de la llegada de este gran disco, es cierto que todo lo que corrobora la carrera de estos entusiastas veteranos, es capaz de hacer ver el universo progresivo desde una manera pocas veces vista, haciendo que su estilo en cuestión sea totalmente personalizado.
Entrando como nuestro DISCO DE LA SEMANA, “Kingdom Of Oblivion” es el nuevo álbum de los innovadores Motorpsycho, el enésimo de una discografía que pierde su larga distancia entre una colección de proezas que remonta sus ideas a finales de los 80, momento en que la génesis de los noruegos estallará como una supernova.
¿Tiene fin la excelencia de esta banda? ¿Hay algún techo que espere la llegada de Motorpsycho? ¿Existen baches en una carrera única y meteórica? Supongo que esta y muchas preguntas se harán sus muchos fans cada vez que Motorpsycho aterriza en sus reproductores con una nueva oferta y somos testigos de un nuevo espectáculo en su discografía. Y es que como decía al principio, el sello sonoro de estos tipos hace que “Kingdom Of Oblivion” sea un conjunto de armonías totalmente familiares a la hora de capturar la esencia más digna de Motorpsycho en sus enmarañadas composiciones. La racha de Motorpsycho prosigue su ascenso fulminante con el nuevo “Kingdom Of Oblivion”, el mismo aquí se representa probablemente como el más pesado de sus últimas ofertas.
Digamos más denso en este caso, la vuelta fugaz de Motorpsycho sigue fiel a sus instintos más consistentes de ir prácticamente a disco por año. Atravesando en ese campamento de riffs para cruzar los momentos más peculiares de los noruegos. Pistas como la autenticidad de “The Transmutation Of Cosmoctopus Lurker” nos lleva por suaves comienzos, relleno de voces estridentes y ejecutada por magníficos solos a la guitarra como uno de los grandes puntos culminantes del redondo. Es un ejemplo perfecto que canaliza la fuerza más psicodélica depositada en el núcleo de Motorpsycho.
Después de todo, parece que siempre hay un aire melancólico que persigue como la sombra que es las muchas composiciones de Motorpsycho, y en este caso, brilla aún más en un ejercicio como es “At Empire’s End” ofreciendo esas vibraciones de Bent al mellotrón, pero es en la diversidad dónde se encuentra la verdadera sangre de la banda, y en “Kingdom Of Oblivion” es de una pureza auténtica, recordando a los grandes pesos pesados de su discografía. Así pistas acústicas como “Lady May” o “The Hunt” sigue floreciendo el jardín de su último trabajo, llenándonos desde las reflexiones de “Cormorant”, inesperadas y curiosas versiones como “The Watcher” a los legendarios Motörhead, o la suavidad que despierta en los momentos de “Dreamkiller”.
Con todo esto, no se nos puede escapar un inicio como son la dos partes que inician con “The Waning”, en los que palpamos en esos 7 minutos y medio auténtica materia propia de un icono como es “Heavy Metal Fruit”.
En cualquier caso, “Kingdom Of Oblivion” posiciona una vez más la larga y estupenda labor de estos no planetarios y su inolvidable carrera que prácticamente, roza la perfección. Resulta impensable para una formación con más de una veintena de discos de estudio, sigan sorprendiendo con cada lanzamiento. Esto está al alcance de muy pocos y es que su nueva oferta trifásica consigue superar un listón tan alto como el que cayó sobre un sobresaliente “The All Is One” (reseña aquí).
Motorpsycho siguen sonando tan poderosos como hace más de 35 años irrumpieran para crear algo insólito a partir de entonces. Surfeando en la cresta de una ola eterna, los maestros por decisión universal del rock progresivo moderno, vuelven a maravillarnos con su enésimo capítulo para redondear una discografía que no queremos que nos despierte de este sueño inimaginable.
Este es el disco justo para terminar una semana a pura sorpresa y grandes discos!
¿Y cómo no darle un espacio para que se explaye nuestro eterno comentarista involuntario de siempre? Si él siempre tiene algo que decir!
Motorpsycho mantienen vigente su reinado dentro del territorio progresivo escandinavo
Hoy tenemos el placer de presentar “Kingdom Of Oblivion”, el más reciente disco del grupo noruego MOTORPSYCHO, el cual fue publicado el pasado 16 de abril por el sello Rune Grammofon en asociación con Stickman Records, tanto en CD como en doble vinilo de color claro (con matices blanquecinos o azulados). El veterano trío conformado por Bent Sæther [bajo, voz, guitarras acústicas y eléctricas, mellotrón, sintetizador, piano, percusión ocasional], Tomas Järmyr [batería, percusión, piano eléctrico] y Hans Magnus Ryan [guitarras eléctricas y acústicas, voz, saxofón] recibe ahora el apoyo del maestro Reine Fiske como invitado en varios temas del disco, lo cual da a los guitarreos un espesor particularmente dinámico en dichos ítems. Otras intervenciones invitadas que son más esporádicas provienen de parte del guitarrista neerlandés Tos Nieuwenheizen y de Ola Kvernberg a la percusión. El disco fue grabado a lo largo de varias sesiones entre los años 2018 y 2020 en los estudios Black Box y Kommun’, mientras que los ulteriores procesos de mezcla y masterización tuvieron lugar en Punkerpad UK y en Audio Virus Lab. La perturbadora portada del disco, la misma que refleja la idea de que lo muerto puede generar el florecimiento de vida nueva, exhibe un autorretrato del propio artista gráfico que se hizo cargo de ella, quien responde al nombre de Sverre Malling: suponemos que esa vida nueva brota para surcar nuevos caminos, dejando en el olvido lo que se realizó en una vida pretérita y ya consumada. Bueno, repasemos ahora los detalles específicos del repertorio contenido en “Kingdom Of Oblivion”.
Durando casi 7 ½ minutos, ‘The Waning (Pt. 1 & 2)’ abre el repertorio con despliegues conjuntos de punche rockero y gancho, una muy atractiva y llevadera pieza para empezar la jornada. El tema homónimo sigue a continuación con un muy semejante despliegue de gancho, pero con un groove un poco más contenido, lo cual hace que el bloque sonoro se sienta más cadencioso. También es cierto que hay una oportunidad de oro para crear un aura más sofisticada para el swing, algo que se aprovecha cabalmente durante el interludio. El ensoñador epílogo nos toma de sorpresa, culminando el asunto con un espíritu sobrio y contemplativo. Dicho sea de paso, aquí encontramos uno de los solos de guitarra más brillantes del disco. Con la dupla de ‘Lady May’ y ‘The United Debased’, el ensamble sigue explorando recursos de variedad expresiva que logran mantener el interés del oyente empático. El primero de estos temas es una balada de base acústica que nos remite a la faceta introvertida de los legendarios TRETTIOÅRIGA KRIGET, y tal vez también al lado pastoral de los GENESIS de la etapa 70-73. Por su parte, el segundo de ellos se enfila hacia vibraciones épicas y aguerridas a través de su duración de más de 9 minutos, acercándose a los paradigmas de DEEP PURPLE y BLACK SABBATH a través de un muy estilizado filtro melódico que nos remite a WISHBONE ASH. El hecho de que el swing creado para la ocasión no sea demasiado trepidante al inicio permite que se imponga un señorío ceremonioso, pero, a mitad de camino, todo vira hacia algo más denso sobre la base de un tempo aún más parsimonioso. La atmósfera se torna más filuda y turbia mientras el nuevo motif impone su presencia, terminando todo en un ejercicio vivaz de rock pesado con tendencia stoner. ‘The Watcher’ es una versión de un tema de HAWKWIND compuesto por Lemmy Kilmister para el álbum “Doremi Fasol Latido”, un clásico absoluto del space-rock progresivo. En manos de los MOTORPSYCHO, la original balada acústica arropada por flotantes efectos de sintetizador se convierte en un ejercicio de entrecruzamiento del paradigma de PINK FLOYD de la fase 69-71 y la faceta más serena de AMON DÜÜL II, lo cual se traduce en una labor de remodelación bajo pautas cósmicas de talante grisáceo. Cuando llega el turno de ‘Dreamkiller’, el grupo completa la idea señalada en la pieza precedente para impulsarse hacia un explayamiento de densidades space-rockeras sobre un compás inusual. Los mecanismos jazz-rockeros usados por la batería aportan un aura de distinción al crescendo envolvente que tiene lugar.
‘Atet’ exhibe un ejercicio de lirismo pastoral que se impone como un contrapunto efectivo frente a la exhibición de oscurantismo sofisticado plasmada en la pieza inmediatamente anterior. Cuando llega el turno de ‘At Empire’s End’, la banda establece conexiones filiales con ANEKDOTEN y SQUINTALOO en lo que es un introspectivo ejercicio de heavy prog bien perfilado por una conmovedora claridad melódica, la cual se enriquece ocasionalmente con comedidos ornamentos etéreos de teclado. Se trasluce una vitalidad muy peculiar en esta canción aunque su atmósfera y su groove sean los propios de una balada progresiva. Una balada muy bella, por cierto, y además, contiene uno de los solos de guitarra más impresionantes del álbum. ‘The Hunt’ también se destaca bajo sus propios términos al desarrollar inicialmente una ambientación serena en clave de acid-folk, a la par que se conecta con la tradición de los legendarios GENESIS de la etapa 70-73 en su faceta bucólica. Más adelante, una segunda sección se encarga de implementar más ornamentos a fin de que los recursos psicodélicos que van surgiendo aporten un vigor renovador a la pieza. Incluso emerge cerca del final un breve enclave orquestal que se sitúa a medio camino entre lo ensoñador y lo fastuoso. ‘After The Fair’ es una breve pieza instrumental de poco menos de 2 minutos de duración que cumple con la función de finiquitar la atmósfera folk-rockera que predominó en la pieza anterior, y lo hace con una ingravidez casi irreal, como un ensueño absorto en su propio colorido solipsista. Acto seguido surge el tema más extenso, titulado ‘The Transmutation Of Cosmoctopus Lurker’ y dueño de un espacio de casi 11 minutos. Su función central es la de retomar y capitalizar las vibraciones poderosas y contundentes que inspiraron a algunos temas precedentes, como el primero y el tercero. El gancho rockero es directo, pero no falta el empleo de algunos quiebres rítmicos en ciertos pasajes estratégicos; tampoco faltan los pasajes solemnes que articulan el epílogo con cadencias moderadamente sombrías. Erigiéndose como el cénit definitivo del álbum, logra instaurar un efectivo contrapunto a la agitación introspectiva de la octava canción y el garbo campestre de la novena (grandes canciones, sin duda). El final del disco llega de la mano de ‘Cormorant’, un instrumental etéreo que explora la mezcla entre space-rock y post-rock bajo un manto distendido y nebuloso, aunque no misterioso, sino más bien gentil.
Todo esto fue “Kingdom Of Oblivion”, un disco donde el personal de MOTORPSYCHO ha realizado una exploración continuada de algunos elementos desarrollados en sus tres discos precedentes en combinación con una retoma de los aspectos más ácidos y pesados de sus mejores discos de sus primeros 10 años de trayectoria. Este disco no pasará desapercibido ante sus seguidores de siempre ni ante los conocedores sempiternamente curiosos sobre lo que sucede en la siempre activa escena del rock experimental escandinavo. En lo que concierne a este año 2021, este colectivo mantiene vigente su reinado dentro de dicha escena: son tan veteranos y aún tienen tanto que dar. ¡Que sigan así!
Ideal para quemarse el coco en el fin de semana. No se lo pueden perder!
Lista de Temas:
1. The Waning (Pts. 1 & 2)
2. Kingdom of Oblivion
3. Lady May
4. The United Debased
5. The Watcher
6. Dreamkiller
7. Atet
8. At Empire’s End
9. The Hunt
10. After the Fair
11. The Transmutation of Cosmoctopus Lurker
12. Cormorant
Alineación:
- Bent Sæther / voz, bajo
- Hans Magnus Ryan / guitarra, voz
- Tomas Järmyr / batería