Por Merche Rodríguez
Movie 43 se presenta
como la comedia más salvaje del año. Salvaje lo será para algunas
mentes, ya advierten que no es apta para todo tipo de sensibilidades,
pero sí es gamberra y surrealista, además de provocar la carcajada
en algunos momentos. Es de esas películas que puede barrer en
taquilla, como ocurrió con Algo pasa con Mary (de hecho cuenta con
uno de sus productores, Charles Wessler) o provocar la temida
pregunta lanzada por un subconsciente que intenta asimilar lo que ha
presenciado: ¿qué es esto?
Realmente,
Movie 43 es una sucesión de historias que se superan en cuanto a la
rareza que transmiten, abordan la excentricidad de la que a veces
hacemos gala en nuestra sociedad actual, critican el esnobismo
plasmando la frivolidad de algunos que lo tienen todo y que ya no
saben qué hacer para distinguirse de la masa o retratan la
naturalidad del organismo humano, en este caso el femenino, como si
fuera la mayor de las tragedias.
Y
esas historias están unidas, si es que pueden estarlo, por un hilo
conductor: todas surgen del ordenador de unos adolescentes que están
buscando Movie 43, “La Película”. De esta forma, el “pitagorín”
del grupo, un niño que no se sabe si recuerda más a Bill Gates o a
Mark Zuckerberg,
persiguiendo la “piedra filosofal” que se esconde en el universo
electrónico, introduce parámetros de búsqueda en su máquina y el
buscador le conduce a diferentes enlaces que no son otros más que las
historias que conforman Movie 43, la película que está contemplando
el espectador. Como si fuera una metapelícula, una película dentro
de otra.
¿Un
poco lioso? Francamente, sí. Pero la cosa carece de importancia
porque el planteamiento carece de sentido, todo un homenaje al
surrealismo. Si uno quiere buscarle una explicación al argumento o
tiene un cociente intelectual muy alto o puede volverse más loco que
las temáticas de las historias que contempla. Porque... ¿se imagina usted a Richar Gere observando a una mujer desnuda que realmente es
un mp3? Él no ve la desnudez femenina, él ve un artilugio
electrónico. Ni él, ni ninguno de los miembros del consejo de
dirección que ha lanzado al mercado semejante gadget, salvo una de
ellos, que los mira como si estuvieran locos. ¿Lo están? La
respuesta solo la puede dar el espectador porque el argumento es
estrambótico de principio a fin, tanto que refleja la actualidad
pervesamente esperpéntica o esperpéntica, a secas que vivimos hoy
en día.
Así
que uno sale del cine después de ver la extraña cita de Hugh
Jackman y Kate Winslet, en el corto con el que arranca el largo y que
se titula El buen partido. Una auténtica cita a ciegas en la que
ella se encuentra con el hombre que parece ser perfecto. ¿Perfecto?
Evidentemente no, pero solamente ella parece darse cuenta del motivo,
ella... y el espectador que asisten a la vez a una situación,
físicamente, imposible. Y así, historia tras historia hasta el
final.
Así
que, llegados a este punto, lamento no ser de demasiada ayuda porque
todavía no sé si me gusta o no, de lo que sí tengo absoluta
certeza es que la carcajada surge espontánea en algunos momentos y
ese acto, tan caro en estos tiempos, ya reconforta. Además de
contemplar la actuación de algunos grandes como los mencionados, a
los que se suman: Uma Thurman, Halle Berry, Naomi Watts y un largo
etcétera.
Por lo demás, juzguen ustedes mismos...
Para
ver el tráiler de la película, hacer clic aquí.
Foto y cartel de la película: ©
2011 Movie Productions, LLC Credit K.C. Bailey a través de image.net e image.net.