Movie Review…por César del Campo de Acuña
Dirección: Marcus Nispel.
País: Estados Unidos.
Año: 2011.
Duración: 112 minutos.
Género: Aventura. Fantástico. Espada y brujería.
Guion: Thomas Dean Donnelly y Joshua Oppenheimer (Basado en la hobra de Robert E. Howard).
Intérpretes: Jason Momoa, Rachel Nichols, Stephen Lang, Rose Mcgowan, Ron Perlman, Bob Sapp, Leo Howard, Saïd Taghmaoui, Steve O’Donnell, Raad Rawi, Nonso Anozie, Milton Welsh y Nathan Jones.
Música: Tyler Bates.
Fotografía: Thomas Kloss.
Montaje: Ken Blackwell.
Dirección artística: Ivaylo Nikolov, Luca Gabriele Rossetti, Antonello Rubino y James Steuart.
Diseño de producción: Chris August.
Estreno en Estados Unidos: 19 de agosto de 2011.
Estreno en España: 19 de agosto de 2011.
Enter An Age Undreamed Of
Es probable que, a lo largo de los años, se hayan dado cuenta que en ocasiones es mejor conservar los recuerdos a revivirlos. ¿Y a qué viene esta sentencia? Pueden estar preguntándose (madre mía la de veces que utilizo este recurso) pues simple y llanamente a que el otro día, en mor de enfrentarme a todas las películas protagonizadas por el bárbaro más famoso de la literatura fantástica, volví a ver Conan el bárbaro pero no la de Schwarzenegger sino la de Jason Momoa. El cuarto largometraje para cines de Marcus Nispel (un director que no me disgusta/disgustaba gracias a que logro un buen remake de La Matanza de Texas, una entretenida cinta de aventuras en El guía del desfiladero y un pasable, aunque más justito, remake de Viernes 13) me gustó mucho cuando lo vi en pantalla grande y aunque desde entonces conocidos y amigos ha ido dejado caer gestos de desaprobación o comentarios negativos sobre el film yo me mantenía en plan Don Erre que erre y defendía a capa y espada la cinta de marras. Pero claro, cometí el error de hacer otro visionado y no sé si vi la luz o se me apagaron, pero la sensación una vez llegaron los inevitables títulos de crédito solo respondía al nombre de decepción.
Recuerdo a la perfección que cuando salí del cine en el verano de 2011 dije: “El cartel cumple lo que promete”. Hoy sigo afirmando lo mismo, pero es que lo que promete tiene muy poca chicha y aún menos limoná. La primera media hora de la cinta es realmente entretenida y resulta trepidante a la par que brutal. Desde el nacimiento del personaje hasta la batalla en el pueblo de Conan te agarras a la butaca alucinando cosa mala y diciéndote a ti mismo: que bien, que bien, que bien pero…llegan los 82 minutos restantes y te das cuenta de que el film avanza a base de constantes escenas de acción sin pararse a desarrollar un mínimo los personajes. Todo es batalla, batalla, batalla, persecución, batalla y así no hay forma de crear un mínimo interés por la historia que te están contando. Básicamente es Conan buscando venganza y ya está (el resto no importa y nunca tienes la sensación de que llegue a importar). Por otro lado me he dado cuenta de que aunque Momoa se parece mucho más al Conan imaginado por Robert E. Howard que el de Arnold Schwarzenegger, el tipo parece estar en el rodaje por estar y la sensación que trasmite es que su objetivo más que ser actor es ser famoso (igualito, igualito que le ocurría a Van Damme). Schwarzenegger, sin ser un dechado de aptitudes, en la cinta de John Milius se le ve dando el 100% tratando de aprovechar al máximo la oportunidad que le han dado mientras que a Momoa se le ve paseándose, poniendo siempre la misma cara y posando, posando muy guerrero, pero a fin de cuentas posando (como en la sonrojante escena del morador).
Por otro lado y tras ver el cómo se hizo (que quieren que les diga, soy masoquista) he descubierto cual es el gran problema de Conan el bárbaro 2011. No conté el número de veces que los guionistas y diferentes miembros del equipo de producción dijeron en los escasos 25 minutos que duraba el making-of, la palabra franquicia o algún sinónimo de la misma, pero créanme cuando les digo que fueron más de las necesarias. Nunca, nunca, nunca y nunca puedes hacer nada que tengas que presentar ante el público presuponiendo que va a ser un éxito y eso es lo que le ocurre a esta cinta, que se olvida de contar una historia ya que tiene los ojos puestos en una hipotética secuela. Esto, que es un síntoma de la enfermedad que afecta tanto al cine como a los espectadores (que rabia me dio cuando fui a ver Los guardianes de la galaxia y escuche a un tipo diciendo en voz alta que tenía más ganas de la escena post-créditos que de ver la película) está matando proyectos y todo por pensar con la cartera antes que con la cabeza. En lugar de hacer historias que convenzan y que inviten a crear secuelas por el interés generado, se estrenan cintas con la palabra franquicia grabada a fuego en la mente de los que están tras el proyecto y claro, así es imposible sacar adelante algo medianamente decente y sino que se lo pregunten a los The Last Airbender y tantas otras.
Pero oigan que decir que es una mala película a decir la subnormalidad de: “han violado mi infancia”, “han violado al personaje” o “han violado el cadáver de Robert E. Howard” Hay un trecho. Para los de las frases solo hay una respuesta: vuestra madre os dejo caer más de una vez al suelo cuando erais pequeño. Lo primero es una obviedad que ha matado un agradable recuerdo. Eso sí, tampoco le quiero quitar el pan y la sal ya que a pesar de todo tiene elementos que me siguen gustando. Por un lado, el modo de narrar parece el de un beat em up o un hack and slash: ¿A qué me refiero? pues si se fijan, el film avanza a base de: Conan llega a un sitio, se enfrenta a unos cuantos pelagatos y al final le da estopa a un final boss en toda regla (a pesar de lo ridículo de la escena del morador, la batalla contra el tipo y el escenario parecen sacados del God of War) y estos últimos están muy bien diseñados. Por otro lado, el diseño de producción, a pesar de tener CGI a punta pala, me gusta, especialmente el que tiene que ver con efectos visuales prácticos (como las cabezas cortadas del principio). La palabra que define a este film es decepción y no es de extrañar que Marcus Nispel tardara cuatro años en volver a estrenar después de la leche que esta costosa producción (70 millones de dólares…que ya está bien) se pegó a nivel mundial. Les gustara para pasar el rato y si son aficionados al cine de acción, pero no esperen encontrar aquí demasiado carisma.
Curiosidades:
- Jason Momoa tiene miedo, según el admitió, a los caballos por lo que sus escenas cabalgando tuvieron que ser filmadas utilizando dobles o trucos de cámara.
- Tanto a Jason Momoa y Rachel Nichols más tarde se les ofrecería los papeles de Drax el Destructor y Gamora en Guardianes de la Galaxia. Inexplicablemente los rechazaron y Dave Bautista y Zoe Saldana se hicieron con los papeles.
- Se le ofreció el papel de Corin (padre de Conan) a Arnold Schwarzenegger pero este lo declino. Otros actores que pudieron haber interpretado al progenitor del bárbaro fueron Dolph Lundgren y Mickey Rourke.
- Se pensó en Kellan Lutz, Jared Padalecki y Chris Hemsworth para interpretar a Conan.
- Se abandonó la idea de la secuela rápidamente debido a lo mal que había funcionado en taquilla.
- Brett Ratner supuestamente iba a dirigir la película antes de ser reemplazado por Marcus Nispel. Otro director que en un momento estuvo a punto de dirigir esta cinta fue Robert Rodriguez.
- Jason Momoa se inscribió en un intenso programa de entrenamiento de seis semanas en una academia de especialistas y artes marciales en Los Ángeles para preparar el papel, antes de concluir las negociaciones para la película.
- Rachel Nichols tenía una doble de cuerpo para su escena de sexo.
- En un principio se rumoreo que la película iba a ser un remake de la cinta dirigida por John Milius en 1982. Finalmente pasó a ser un reboot que trataba de ser más fiel a las ideas de Robert E. Howard.
- Rose McGowan fue la primera y única opción para el papel de Marique.
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