Lo que he visto esta semana…por César del Campo de Acuña
Dirección: Sylvester Stallone.
País: Estados Unidos.
Año: 1979.
Duración: 119 minutos.
Género: Drama. Deportes.
Guion: Sylvester Stallone.
Intérpretes: Sylvester Stallone, Carl Weathers, Talia Shire, Burgess Meredith, Burt Young y Joe Spinell.
Música: Bill Conti.
Fotografía: Bill Butler.
Montaje: Stanford C. Allen y Janice Hampton.
Dirección artística: Richard Berger.
Decorados: Ed Baer.
Estreno en Estados Unidos: 15 de junio de 1979.
Estreno en España: 6 de diciembre de 1979.
The Rematch Of The Century
Rocky, la inolvidable película de John G. Avildsen (director, que más allá de Rocky y la trilogía de Karate Kid tiene películas tan interesantes en su filmografía como La fuerza de uno o Escuela de rebeldes) y Sylverster Stallone de 1976, no solo fue un éxito sino que se convirtió instantáneamente en un clásico del drama deportivo, en la reina indiscutible de las películas del perdedor que alcanza la cumbre y en una de las tres grandes cintas películas de boxeo a mi juicio (siendo las otras dos Fat City, ciudad dorada de 1972 y Toro salvaje de 1980). Stallone, evidentemente ante aquel filón, y tras ver que sus dos films posteriores (F.I.S.T. Símbolo de fuerza y La cocina del infierno ambas de 1978) no funcionaron tan bien como la que narraba la historia del Potro italiano, se lio la manta a la cabeza para escribir, dirigir y protagonizar Rocky II, secuela de su primer gran trabajo (en todos los sentidos…a pesar del estatus de culto que ha adquirido con el paso de los años La carrera de la muerte del año 2000 de 1975) que retoma la historia justo donde la dejo tres años atrás, es decir, en los instantes finales del combate contra Apollo Creed (Carl Weathers).
Como ya sabrán, ya que dudo que el lector medio de Cincodays.com no haya visto Rocky II, la primera mitad de la cinta nos cuenta como Rocky, tras casarse con Adrian (Talia Shire) y prometerle no volver a boxear (por un problema médico relativo a su primer combate que le podría dejar ciego) dilapida rápidamente el dinero que gano en su pelea con Apollo en fruslerías (un deportivo llamativo, ropa cara, joyas y bueno…una casa, que es en lo más razonable en lo que gasta su pequeña fortuna) lo que le lleva a buscar trabajo en cualquier sitio con tal de hacer frente a sus responsabilidades. De lo más alto, a lo más bajo una vez más, el espectador es testigo de cómo Balboa vuelve a sus orígenes humildes por su poca cabeza en general (tanto a nivel intelectual como a nivel empresarial). Perseguido por la preocupación que le supone el embarazo de Adrian y que esta tenga que volver a trabajar en la pajarería, Rocky hace lo posible para salir adelante ayudando a Mickey (el inmortal Burgess Meredith) en su gimnasio. Mientras tanto, Apollo, acosado por sus fans, se ve forzado a perseguir a Balboa con todo tipo de artimañas para que este vuelva a subir al ring para un segundo combate y así desquitarse de que aquel boxeador desconocido de Filadelfia le aguantara los 15 asaltos.
A partir de ese momento, tras unas explosivas declaraciones de Apollo ante las cámaras, Rocky se ve obligado (tanto por orgullo como por sus acuciantes problemas económicos) a volver al cuadrilátero para enfrentarse a Creed en una segunda pelea. Y ahí es donde empieza la segunda mitad de la película y donde esta recupera el tono de la primera. Rocky, con la cabeza en otro sitio debido a la falta de apoyo por parte de Adrian se entrena a medio gas y es entonces cuando su cuñado Paulie (el sensacional Burt Young), preocupado por como el potro está entrenando confronta a su hermana para decirle que debe animar a su marido en lugar de mirarle con desaprobación y miedo. En medio de la discusión y debido a los esfuerzos que ha estado realizando Adrian sufre un parto prematuro que termina llevándola a un coma por la pérdida de sangre durante el parto. Rocky, destrozado, vela su sueño y se niega a ver a su hijo hasta que Adrian despierte. Una vez esta despierta, le pide que gane y entonces comienza el último acto, ese que pone a todo el público con la piel de gallina a ritmo de la sensacional banda sonora de Bill Conti mientras presenciamos como Balboa se entrena para su segunda gran noche sobre el ring.
Bien, contado todo esto (y obviando el final) hay que destacar que, como secuela, no está nada mal. No obstante, la primera mitad muestra una falta absoluta de experiencia tras las cámaras y un guion poco acertado con varios fallos. Para empezar resulta obvio que ha pasado tiempo entre las dos películas. La mayor parte de los personajes están muy cambiados (especialmente Paulie, que pasa de tener ciertos problemas de peso a estar hecho un pincel) y no solo físicamente. Por ejemplo, Adrian, a finales de la primera película muestra una progresión con respecto a sus primeros planos y frases pero en Rocky II experimenta una regresión forzada a su antiguo ser que sí, que encuentra su sentido en lo que le han dicho los médicos a Rocky y en como su marido gasta a espuertas el dinero, pero que en general desentona con la Adrian más segura de sí misma que vimos en la cinta de 1976. Añadan que la personalidad de Rocky durante varios minutos se transforma del adorable simplón de gran corazón al que todos adoramos en la primera a un macarra hortera sin control que personifica de manera burda una obvia moralina. Afortunadamente la personalidad de Creed (herido en su amor propio) y la de Mickey evolucionan levemente en su inalterabilidad.
Pero el desacierto de la primera mitad de la película no solo es culpa del tratamiento de los personajes. El montaje es por momentos malo, plagado de transiciones horriblemente ejecutadas a las que hay que sumar elementos de escena ridículos (por ejemplo cuando Rocky sale del hospital, el tipo que va enyesado de la cabeza a los pies parece más una víctima de los porrazos habituales de los comics Bruguera que la víctima de un siniestro automovilístico) o forzados (como los cantores del barrio entre los que se encuentra Frank Stallone, hermano del director. Pero, la cinta retoma la senda de la primera (da la sensación de que Stallone no sabe muy bien lo que quiere con esta secuela…por un lado quiere alejarse del drama, pero por otro no quiere abandonarlo) a partir de la segunda mitad, en la que vemos a un Rocky más parecido al de la cinta original, a una Adrian más fuerte y un drama narrado sin estridencias y comedia. Desafortunadamente, y aunque la cinta sigue siendo emocionante y emotiva (ese montaje del entrenamiento a ritmo de la fanfarria de Rocky, ese combate épico entre los dos púgiles…), el gran damnificado de esta obra no es el legado de la que la precedió (que también) sino Burt Young. El personaje de Paulie era sensacional y aquí queda reducido a un remiendo de sí mismo, a un desahogo tragicómico metido con calzador (esa frase durante la rueda de prensa delata esto que estoy diciendo).
Oiga…está poniendo a parir la película. Pues sí y no. Rocky II merece la pena como secuela, pero viéndola con mucha distancia con respecto a su predecesora y sin llegar a compararlas (que es justo lo contrario de lo que yo he hecho aquí). En lo personal, creo que Rocky II es el puente que Stallone tiende entre el drama deportivo descarnado de los 70 que fue Rocky y esa oda a la cultura popular que llegaría con Rocky III. Dicho esto, sigo disfrutando mucho de esta secuela, tomándola por lo que es, y viéndola aplaudiendo sus aciertos (Apollo, Mickey, la segunda mitad del film) en lugar de centrarme en sus errores (esos primeros 45 minutos, la falta de dirección y transformación de la familia Balboa-Penninno). Rocky II fue la revancha del siglo, lástima que no estuviera a la altura del primer combate.
Curiosidades:
- En principio, Adrian estaría en la gran pelea. Sin embargo, debido a que Talia Shire estaba trabajando en otra película al mismo tiempo, la historia fue cambiada. Las escenas de ella viendo el combate de boxeo en la televisión fueron filmadas varios meses después de que el combate fuera grabado.
- Sylvester Stallone escribió la novela de la película. La novela la escribió en primera persona con la misma forma entrecortada de expresarse de Rocky.
- A los encargados del montaje Danford B. Greene y Stanford C. Allen les llevo más de ocho meses editar la pelea final hasta que consiguieron la aprobación de Stallone.
- Cuando Rocky está entrenando para la pelea, hace guantes con un luchador más pequeño y más rápido. El esparrin no es otro que el boxeador Roberto Durán.
- 800 niños de diferentes escuelas locales fueron utilizados como extras en la escena en la que Rocky corre por Filadelfia.
- En la escena donde Rocky está filmando un comercial para colonia Bestia, una de las sillas en el fondo dice Joe Spinell. Joe Spinell es el actor que interpreta a usurero, Tony Gazzo en Rocky y Rocky II.
- A Chuck Wepner, boxeador que inspiró la película Rocky, se le ofreció el papel de un entrenador llamado Chink Weber. Según Wepner, leyó para Sylvester Stallone, pero lo hizo muy mal. El personaje fue eliminado del guion. El nombre del personaje sería utilizado en la cinta de 1989 Encerrado.
- En el primer borrador del guión, la pelea entre Rocky y Apollo tenía lugar en el Coliseo romano.
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