Moviendo energías

Julio para mí julio siempre es un mes decisivo. Además de que es el mes que marca el ecuador del año, donde uno se plantea si los benditos propósitos de fin de año están dando frutos, y de que es una época con  clima muy determinado: o mucho frío o mucho calor, lo más importante, es que es el mes en el que fui concebida. Porque el momento de la concepción es tan importante como el del nacimiento. 

Cuando el óvulo y esperma se juntan ya nace una persona, y de ahí para adelante todo es creación y desarrollo. Salir al mundo nueve meses más tarde es solo una consecuencia.

Este mes, como todos los julio, está siendo muy movilizador. Toda la vida en este mes me han pasado las cosas más  importantes: me he enamorado, me he desenamorado,  y tomé todo tipo de decisiones vitales que marcaron mi camino.  

Este julio me toca mudanza. 

Mudarse de casa es maravilloso, más allá del caos de organización que conlleva, después viene la parte buena: El cambio y renovación de energías que implica. 

Conozco gente que tenía un pequeño proyecto y solo después de mudarse comenzó a encontrar clientes y a ganar dinero. También conozco gente que ya ganaba dinero con su proyecto y al mudarse conoció a su pareja. 

Renovar energía solo puede traer cosas buenas, y lo nuevo es bueno. Dejemos que fluya, que se desarrolle y crezca.  

Es  como cuando tienes dinero, que si no lo haces circular no sirve, se estanca, se pudre bajo un colchón. La vida como la sangre, para que la persona viva, tiene que correr, y renovarse. 

Los cambios son los patrones que nos hacen vivir, sin ellos seríamos todavía una ameba.

¡Un abrazo!

Candela 

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