Revista Opinión
Movimiento 15 de mayo o Democracia real, el caballo de Troya, ni quito ni pongo Rey sólo ayudo a mi señor.
Publicado el 20 mayo 2011 por RomanasArriola, el asesor aúlico del PP, sabe mucho de esto porque le ha dedicado a su estudio toda la vida.
Pero el problema que tiene Arriola, y por lo tanto el PP, se llama Rubalcaba. Rubalcaba, apartado Zp, es el enemigo a batir.La gente se preocupa, y mucho, por saber si detrás del movimiento “15 de mayo” o de “democracia real ya”, hay una fuerza política preexistente que lo impulsa y nutre.No lo sé, lo que sí que sé es a quién aprovecha, el famoso “¿qui prodest?”.Indiscutiblemente, aprovecha al PP como ha dicho el insigne Rajoy: “si este movimiento quiere cambiar la situación actual de España, debe de ir contra el Gobierno que es el culpable de ella, porque nosotros no gobernamos”.Esto, además de ser una flagrante mentira, puesto que el PP gobierna en muchas CCAA y en innumerables ayuntamientos, no es sino la más canallesca de las tácticas que nunca se haya utilizado para ganar una guerra, la táctica del caballo de Troya.Troya, o sea, la democracia está duramente sitiada por innumerables enemigos mucho más fuertes que ella: mercados, Usa, Unión Europea, capitalismo ultraliberal neocons, especuladores financieros, ultraderecha, que es su enemigo esencial puesto que la derecha es esencialmente antidemocrática por esencia, presencia y potencia.Inicialmente, ahí están mis posts de ayer y antes de ayer, mi postura fue decididamente favorable al movimiento 15 de mayo o democracia real ya, y tal vez lo hubiera sido para siempre si anoche no hubiera permanecido 2 horas en la Puerta del Sol y, sobre todo, si no hubiera escuchado a su portavoz, durante otras 2 horas, en el programa Al rojo vivo, de la Sexta.A pesar de mi pasión por el razonamiento filosófico, yo, en realidad, no soy más que un intuitivo, quiero decir que sí, que veo, escucho, admito todas las señales que me llegan del exterior en forma de mensajes audiovisuales pero, al final, lo que provoca mis decisiones sobre cualquier tema es la impresión que me producen los que exponen dichos mensajes.Lo digo porque anoche, en la sesión de Al rojo vivo, de la Sexta, tuve ocasión de escuchar todo lo que dijo un portavoz del movimiento 15 de mayo y seguramente me llevé la mayor desilusión de toda mi vida porque el tío me pareció la más perfecta de las encarnaciones de lo que más aborrezco en el mundo: el equidistante, el tipo que no es ni chicha ni limoná sino todo lo contrario, o sea, un tío que no se quiere mojar y que dice que todos son iguales, los de la puta derecha y los de la jodida izquierda cuando es evidente que esto no es verdad, que no puede ser verdad porque, entre otras cosas, ya lo tiene dicho Rajoy: la igualdad no sólo es que no existe sino que ni siquiera puede existir porque la puñetera igualdad es imposible ya que la dichosa naturaleza no lo permite, ni siquiera los gemelos monocigóticos son iguales. ¿Entonces?¿Cómo se puede uno echar a la calle diciendo impàvidamente que los políticos, sean de izquierda o de derecha, son todos iguales?Si esto fuera verdad, no quedaría otra solución que, en lugar de irse a la Puerta del Sol, a montar un espectáculo que parece diseñado por el transfuga Boadella, protagonizar todos, absolutamente todos, el suicidio universal que ya nos anunciara aquel descarado profeta de la condición humana, Albert Camus.Es injusto, pero de una injusticia radical afirmar que Rajoy y Zp son iguales, que José Blanco y la Cospedal son iguales, que Mayor Oreja y Rualcaba son iguales. Por poner sólo 3 ejemplos.Rajoy bendice todos los días a Camps y Fabra, Zp no bendice a ningún chorizo sino que se apresura a expulsarlo de las filas de su partido; José Blanco viste camisas y corbatas impresentables de tan baratas mientras Cospedal confiesa paladinamente que entre ella y su marido se llevan a casa 600 mil euros de nada, la minucia de 100 millones de las antiguas pesetas, al año; Mayor Oreja hace todo lo posible para que Eta no se vaya definitivamente a casa mientras Rubalcaba se está dejando la vida a chorros por derrotar a la banda, pero, sobre todo, no se puede aceptar el descarado cinismo de Rajoy que critica con toda la ferocidad del mundo a Zp por haber hecho todo lo que él le exigía constantemente que hiciera.Yo no sé realmente lo que pretende esta gente, cuyo movimiento, según propia confesión del portavoz, no es tan espontáneo como parece, ya que dijo que llevan muchos meses preparándolo, estudiándolo, de tal manera que anoche, ante el fuego graneado de los periodistas de la ultraderecha, la Cope y La Gaceta, o sea, la Iglesia y el Opus, tuvo una respuesta adecuada y muy elaborada para todos, de modo que choca frontalmente contra mi opinión que, como digo, es íntegramente intuitiva, que sea precisamente la derecha la que más violentamente se revuelve contra ellos por lo que de aparentemente antisistema representan, lo que el portavoz negó enérgicamente, pero a mí se me antoja que, si como sospecho, detrás del movimiento en cuestión está Arriola o algún otro de los Goebbels de la ultraderecha, los jodidos estrategas son tan inteligentes que ni siquiera han informado de sus pretensiones reales a sus más íntimos colaboradores, para que no les ocurra lo que sucedió en el 11 M de 2004, cuando se equivocaron radicalmente de táctica y trataron de engañar al electorado sobre los autores de la masacre.Ahora, no, ahora, los agitadores de la ultraderecha atacan al sistema desde lo más íntimo y de la manera más solapada posible, de modo que ni siquiera todos ellos saben realmente lo que están haciendo y así vemos cómo la propia Aguirre ataca a los “rebeldes” diciéndoles que no le monten sus acampadas delante de su casa, que se vayan a la de Zp, y el asqueroso César Vidal dice que estos muchachos han sido instruidos ni más ni menos que por la propia Eta.Pero los que realmente dirigen el movimiento sí que saben, y muy bien, lo que hacen: si se equipara a los buenos, que los hay, con los malos, que los hay a montones, el resultado es que todo es una puñetera mierda que hay que barrer como sea y la cosa tiene que ser ahora, aprovechando las elecciones, preguntando ¿quién está gobernando?, pues ése es precisamente el culpable porque no ha hecho lo que debía para que esto no llegara hasta aquí.De modo que no se trata de obtener un aprobado, ni siquiera un sobresaliente sino de una auténtica matrícula de honor, obtenida por unos examinandos que ni siquiera pertenecen a ningún partido oficialmente pero que a mi me recuerdan, no sé por qué, a Beltrán Duguesclín y su famosa frase: “ni quito ni pongo Rey, sólo ayudo a mi señor”.