El Proyecto Re-movimiento sigue avanzando. Sin ninguna duda, a estas alturas, los pocos que sigan en activo este experimento son unos valientes. Ya son diez semanas poniendo por delante de todo el cuerpo y el movimiento, todo un hito en la cultura de la mente decapitada y el sedentarismo.
Nuestro segundo centro de atención, redescubrir y estimular las manos, nos sirvió hace unas semanas para ser conscientes de que tenemos unas manos y que pueden moverse mucho más de lo que solemos hacer. De hecho, concluimos con que si no lo hacíamos en todas sus posibilidades reales, pagaríamos un precio.
Por entonces ya dejé caer que los ejercicios propuestos pertenecían al conjunto de ejercicios educativos elementales del Método Natural, prácticas analíticas y preparatorias para un “algo más”, aquellas funciones motrices que hemos heredado a través de nuestra evolución. Moverse así, analíticamente, tiene un sentido, tal vez un tanto robótico, que no acaba de ser completo si no se le humaniza. Es justo aquí donde nos encontramos con la Locomoción Natural.
Sí, es cierto. Ya no necesitamos gatear y reptar por debajo de arbustos o en cuevas, pero al mismo tiempo considero un poco triste –corporalmente hablando– no poder soportar el simple hecho de apoyar las manos sobre el suelo sin soltar unos pocos “ays” y “uys” debido a ciertas molestias en las muñecas, manos, dedos… Aunque sea habitual, no es normal.
Como vimos al hablar de la movilidad y la salud de nuestras manos, el hecho de que tengamos la capacidad –aunque hayamos perdido cierta habilidad– de extender tanto nuestras muñecas puede explicarse, entre otros motivos, por nuestra necesidad de apoyarlas sobre el suelo y utilizarlas para desplazarnos.
¿Le damos sentido evolutivo a este potencial?
Dos prácticas de apoyo sobre manos: una aburrida y otra… una puerta
Se me ocurre una doble propuesta para esta próxima quincena, que será nuestro quinto centro de atención. Aprovecho para insistir en que durante estos quince días lo más importante es esto, apoyar las manos, aunque sin olvidar y abandonar todo lo acumulado hasta ahora: liberar los pies, moverse con frecuencia, conmutarse “por piernas”…
La primera parte de mi propuesta es, aunque no me guste mucho, recurrir a más ejercicios analíticos, esta vez un poco más globales. Hablo de las planchas –o tablas.
¿Y qué son las planchas? Como nuestra mentalidad es un poco “de burro”, obsesionados con cores y tabletas, acostumbramos a ver las planchas como un ejercicio abdominal. De hecho, en muchas ocasiones se ejecutan apoyando los antebrazos en el suelo, en lugar de las manos, no vaya a ser que nos “abramos” las muñecas… Una lástima…
En fin, como esto no va de abdominales ni de músculos en general, sino de movimiento en sí mismo, propongo directamente las planchas con brazos extendidos, soportando parte de nuestro peso en el apoyo de las manos –aquí se verá quien se lo curró con los estiramientos y los ejercicios de fuerza de manos y muñecas.
Os dejo un par de vídeos con la plancha horizontal y la lateral. Seguid las indicaciones de la monitora. Si no entendéis el inglés, investigad en español. Los puntos clave son dos: la alineación de la columna –cuidado, empieza en la cabeza– con las piernas, y la perpendicularidad de los brazos respecto al suelo. Con el tiempo podéis jugar a apoyaros sólo sobre una pierna o sobre un brazo.
No tiene mucho más –por eso lo de aburrido…
La segunda parte es, sin duda, mi preferida y la que considero más funcional, la que implica movimiento real, o natural, los gateos, una puerta hacia nuevos universos de movimiento.
Este vídeo de nuestros compañeros de Urban Movement es una buena muestra:
No está de más decir que si queréis detalles acerca de la técnica de estos movimientos u os gustaría progresar y descubrir algunos un poco más complejos, mi libro Locomoción Natural os puede ayudar.
Movimiento 5: Apoyarse sobre las manos
La práctica de esta quincena vuelve a ser diaria, y es algo tan sencillo como dedicar cada día unos 10 minutos a las planchas o a los gateos, según vuestra predilección, posibilidades, entorno… Podéis elegir –insisto en que yo me decanto por la segunda opción.
Si escogéis las planchas, con realizar 5 series de cada una –horizontales y laterales– de entre 15 y 30 segundos manteniendo la posición es más que suficiente.
Si optáis por los gateos, no recomiendo superar los 20 metros consecutivos de un mismo gateo, y variar lo máximo posible, cambiando de posición, dirección –hacia delante, detrás, de lado– e incluso de pendiente. Y así pasar 10 minutitos jugando.
Esto se complica cada vez más.
¡Ánimo!