Revista Infancia

Movimiento y juego libre

Por Patadita Paloma Micó @pataditablog

Lucy no ha utilizado ni corral ni parque. Heredamos uno y estuvo un tiempo dando vueltas por la casa. Alguna vez la metimos dentro, pero a Súper Papá y a mi no nos gustaba verla ahí. Ella aguantaba 10 minutos y se quejaba, con toda la razón. Lo probamos porque todo el mundo te dice que así podrás hacer más cosas en casa, pero no es para nosotros. Preferimos mil veces que nuestra hija esté feliz a que esté llorando en el parque mientras fregamos el suelo como pasó. Así que lo relegamos al trastero, como la cuna, con vistas a que a lo mejor en un futuro podemos hacerle un rincón de lectura. Algo se nos ocurrirá.

Tampoco le gustaban las típicas hamacas, y aunque le compramos una con música y que hasta vibraba, las veces que la pusimos a los pocos minutos ya se quejaba. Lo utilizaba para vestirme corriendo o en los 30 segundos en los que podía hacer la cama. Lucy no ha sido de quedarse tranquila lejos de mamá.

En el carro es cierto que aguantaba más y hasta podía darme una ducha exprés de esas de madre, pero lo que más nos ayudó fue el porteo.

Desde que ella sola se sentó y gateó ha estado en el suelo libremente, encima de una colchoneta o en la alfombra. Preparamos y adaptamos la casa para ella y seguimos haciéndolo quitando de su alcance todo lo peligroso y cambiamos la parte baja de las estanterías por sus juguetes y sus cajas. Fue un trabajo arduo pero muy gratificante que ha permitido que Lucy se desplace sin peligros, y que ha conseguido que estemos bastante tranquilos en casa respecto a lo que Lucy coge o no coge, dónde mete la mano e incluso que no tenga a su alcance objetos que puedan romperse y provocar una tragedia. Al fin y al cabo también es su casa y va a estar una larga temporada con nosotros, ¿verdad?

Lucy se recorre la casa a su antojo, con vigilancia por supuesto, y ha pasado por la etapa de gatear, ponerse de rodillas, levantarse, mantenerse de pie, andar agarrada a los muebles o al sofá y andar empujando mesas o cajas, hasta que ella sola se puso de pie y comenzó a andar antes de cumplir 10 meses.

Nunca la hemos cogido de las manos y la hemos puesto de pie; Cuando ella se puso de pie alguna vez nos ha pedido la mano o se ha apoyado en nosotros para levantarse, pero nunca hemos forzado su postura ni hemos "hecho que andaba". Bueno, alguna foto hay con ella de pie al lado de su padre para ver la diferencia de estatura, pero nada más.

Creo firmemente que cada bebé tiene su tiempo, pero también opino que dejar que investigue, descubra, pruebe e incluso se caiga, forma parte de su desarrollo normal y que es favorable para su autonomía.

Si no dejamos a un bebé gatear a sus anchas, coger las cosas que están a su alcance, intentar ponerse de pie por si mismo o caerse de culo, estamos impidiendo su desarrollo natural y su aprendizaje. Nosotros no les enseñamos a andar, no nos necesitan. Lo hacen solos, pero hay que darles libertad.

Tampoco necesitan tacataca, que es peligroso y no les deja arrastrarse, gatear, ponerse de pie, coger cosas... Etapas que deben ir pasando hasta llegar a andar. Lucy de repente un día se arrancó a andar y punto. No hemos vivido los típicos dolores de espalda cogiendo de las manos a la niña para que ande porque en realidad no hace falta.

Ella tiene sus juguetes ordenados y a su alcance, coge lo que quiere, se lo lleva a la boca, lo esconde en otro cajón, coge los libros, tira las pelotas... Ella hace y deshace a su antojo, satisface su curiosidad y se inventa juegos nuevos.

En casa mientras nosotros vemos una serie ella corretea por el salón y hasta que no vemos que hay peligro, que se intenta subir a algún sitio o que se va a resbalar porque hay algo en el suelo, no intervenimos en su juego ni en su libertad de movimientos.

¡También jugamos con ella claro! A lo que ella nos da, nos pide... No dirigimos su juego, lo dirige ella. Nosotros nombramos las cosas, los animales, los colores, los números... Para que ella los oiga y vaya relacionando, pero ella manda y se juega a lo que ella quiere. Por supuesto sacamos juguetes y le mostramos una manera de jugar con ellos, le invitamos a jugar pero nunca la forzamos o corregimos para que meta el círculo en su correspondiente ranura por ejemplo. Se lo mostramos y ella puede que lo intente o no, o puede que lo intente en otra ranura, pero no le cambiamos la mano de sitio ni le decimos que está mal. A veces, ella se rinde o se frustra y te da el cubo que no puede introducir en su correspondiente forma y es en ese momento, cuando le muestras cómo se hace.

Es importante conocer las etapas de un bebé y permitirle desarrollarse, moverse y jugar con libertad, ya que nos facilitará comprender por qué se comportan como la hacen, qué necesitan para tener movimientos libres, cómo podemos ayudarle... Solo hay que permitirle que se mueva y dejarle espacio para que lo haga. Si puede moverse libremente y alcanzar sus metas, cada vez intentará nuevos retos y eso es lo que hace que se desarrolle correctamente.

Súper Papá y yo creemos que Lucy ha sido muy precoz a la hora de andar porque hemos alentado y estimulado su movimiento facilitando su autonomía. Y hoy en día seguimos haciéndolo.

¡¡¡Movimiento y juego libre para todos!!!


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