Revista Cultura y Ocio

Mr. Hyde Pepiño; por Fernando Vilches

Por Alejandropumarino

Mr. Hyde Pepiño; por Fernando Vilches

Digo esto porque en nuestro país, salvo el PP, los demás grupos intentan sacar del Gobierno cuantas más prebendas mejor y son, por tanto, una «oposición» sui géneris. Se supone que la ciudadanía espera del grupo llamado «oposición» que ejerza, es decir, que critique las medidas del Gobierno que no le parezcan acertadas y que se oponga a ellas. Y esto, con el PSOE en el poder, es harto difícil de realizar.

Si se critica la nefasta política económica que ha llevado a la cifra de casi cinco millones de parados y la ausencia de reformas eficaces que cambien esta situación, alguien del Gobierno dice que la oposición está actuando contra España. Si se critica la excarcelación de algún terrorista, o el chivatazo de alguien muy cercano al Gobierno que impide una operación antiterrorista importante, el señor Zarrías dice que se está dando alas a los terroristas. Si se critica la corrupción descubierta en Andalucía con el problema de los ERE falsos, lo que se intenta es la muerte civil de una familia.

Y, en este momento estelar, es cuando aparece Mr. Hyde, otrora Pepiño Blanco, para llamar cobarde al líder de la oposición o para soltar exabruptos mitineros de escasa altura intelectual.  Entonces… ¿de qué puede hacer oposición la oposición sin molestar a quien ha pasado de modesto concejal de pueblo a miembro de la clase media alta?.

El Sr. Vilches acierta plenamente al juzgar a este típico personaje de la política nacional y resume perfectamente la estrategia socialista con su oposición. No se trata de gobernar, sino de denostar a los populares por su ideología, su proximidad a determinados postulados de la iglesia católica o el modo de interpretar la economía. Tristemente, la realidad de la calle es que, crisis aparte, no hemos progresado en los años de gobierno zapateril y ni de lejos alcanzamos el bienestar que proporcionó a la ciudadanía el Sr. Aznar por antipático que resultase o por criticable que haya sido su posicionamiento en la guerra de Irak. Pepiño trata de antiespañol a Rajoy y el del puro es más gallego que su compatriota, próximo a abandonar la política de alto nivel a la que nunca debió llegar. Por cierto, su jefe anda ahora calladito después de que Obama ejecutase a Bin Laden, si lo hubiese llevado a cabo Bush, los estandartes del progresismo militante antiimperialista hubiesen ondeado en plazas y ciudades, promovidos por un PSOE que busca la misma crispación que critica en el rival político. Pero esto es motivo de otra historia…


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