Conocida aquí como Matrimonio Original (1941) y dirigida por Alfred Hitchcock (se dice que el maestro del suspense subió al carro por la amistad que le unía con la Lombard y no por la calidad del argumento... puede que se tomara un descanso entre Rebeca y Sospecha) esta ligera comedia narra el conflicto que se genera cuando Ann(la siempre simpática Carole Lombard) y David Smith(Robert Montgomery, del él hablaremos largo y tendido el 2012), una acomodada pareja neoyorkina, descubren que por un error administrativo no constan en ningún registro, lo que significa que no están legalmente casados.
Ello provoca su ruptura, así como la sucesión de situaciones de aires cómicos al más puro estilo Screwball Comedy, con perspicaces diálogos sobre los tópicos de la guerra de sexos o sobre las diferencias entre hombres y mujeres, que, como muestreo de lo que se cocía (y puede que aún siga imperante) en según qué casas, son dignas de ver.
Los protagonistas de Matrimonio Original son personajes desmesurados, excéntricos e imprevisibles. Igual se enfadan como no pueden vivir el uno sin el otro, y por mucho que intenten romper vínculos, se supone (a ojos de su círculo de amigos) que son la pareja perfecta.
Al caos que producen en sus vidas hay que sumar las reticencias de la madre de Ann, que nunca ha visto con buenos ojos la peculiar relación de ambos, y tiene la certeza de que él ansía su libertad de juventud y lo ve como un patán egolátra.
Cuando estalla la crisis, aparece en escena Jeff (Gene Raymond), con su simplona idea de cortejar a la mujer (un personaje que destila resignación y olor a tapadera de la epóca), amigo y compañero de trabajo en el buffet de abogados de David (que parece esconder detrás de una capa de correción pueril algún tipo de estima a su colega muy en la tónica de la relación de los protagonistas de La Soga).
Por mucho que Mr. & Mrs. Smith sea una obra menor de Hitch, hay que reconocer que Carole Lombard con su verborrea y sus afiladas miradas de despecho y Robert Montgomery, con graciosa expresividad, logran, además de tener bastante química crear escenas más divertidas de lo que pueda parecer a juzgar por la simpleza de la premisa de la que parte el argumento (spoilerazo: ella decide volver al mundo laboral y es despedida, puesto que en las medidas contra la crisis de unos grandes almacenes está el contratar de forma preferencial a mujeres solteras y sin ingresos, ahí es nada).
Es cierto que hay varios gags que no terminan de arrancar (la tensión con la madre y con según qué personajes por parte de David queda muy confusa), y que el final acaba siendo muy precipitado y algo irregular, pero vale la pena echarle un vistazo a este Matrimonio Original y conocer de primera mano a esta encantadora y disparatada pareja.
Me quedo con la insistencia de David, sus maquiavélicos planes para volver junto a Ann (que pasan desde intentar darle celos con otra a chafar sus planes de vacaciones), y cómo ella aprovecha cualquier oportunidad para que él pierda los papeles.
La que os escribe no puede hacer otra cosa que recomendárosla (sé que los fans del orondo director la odian), y por lo bien que me lo han hecho pasar (spoilerazo: que después de tres años de matrimonio vuelvas al restaurante donde tu marido te pidió la mano y sea un antro mugriento en el que no puedas ni sentarte... yo todavía estaría rodando en el suelo de la risa) le doy a Matrimonio Original seis enamorados wasabis.