Revista Cine
Creador y director: Sam Esmail
¡Sorpresa!, hoy no comentaremos la última película de la segunda tanda del ciclo dedicado a John Carpenter, que queda postergada hasta nuevo aviso, lo más probable el lunes o el martes. Afortunadamente el miércoles que pasó terminó la tercera temporada de "Mr. Robot" con un episodio que recién pude ver hace un par de horas, para que vean que si no alcanzo a ver películas no es porque esté todo el día tirándome las pelotas, aunque nunca está demás dedicar treinta minutos para tal actividad. Yo, comentar, "Mr. Robot".
Sacar capturas suele ser bastante productivo, y en este caso sí que lo fue, porque como saco capturas una vez terminados todos los episodios (lo que me permite hacer un fugaz re-visionado) y no inmediatamente después de cada uno (lo que no alteraría impresión alguna), me pude dar cuenta que esta temporada, aunque corrige los errores de la segunda e incluso de la primera, no es tan tan sólida como recordaba. Me había quedado con la impresión de que estos diez episodios conformaban un thriller intenso y trepidante, una guerra sin cuartel entre dos o más bandos cuyas acciones se hacen cada vez más despiadadas e inhumanas, y si bien es cierto que, en efecto, estamos ante un thriller intenso y trepidante, es más cierto que estos diez episodios no son tan compactos como pensaba, pues entre medio aún hay espacio para mucho relleno, relleno que no parece relleno porque de alguna u otra forma estas escenas se las arreglan para ser (para parecer) relativamente útiles a la trama principal, el pilar que sostiene el relato, pero son escenas que, a fin de cuentas, no son realmente esenciales porque revolotean en torno a temas y elementos que ya no deberían importar, como por ejemplo la depresión de Elliot (el protagonista, el hacker de los ojos saltones) o sus conflictivas memorias familiares-infantiles; ahondar en su psicología es redundar y tropezar con la misma piedra una y otra vez, y si les soy sincero, pienso que Elliot ya no es tan importante para la historia (queda pequeño al lado de semejantes colosos), pues su revolución ya pasó (en realidad no fue más que un montaje) y los conflictos que se desarrollan corresponden a otros personajes mucho más interesantes. Me encantaría que Sam Esmail, el creador de la serie y, desde la segunda temporada, director de todos los episodios (y guionista de la gran mayoría de ellos), dejara a Elliot de lado y le otorgara el protagonismo a alguien más, por ejemplo a la agente del FBI interpretada por la hija de Meryl Streep, lo cual sería un movimiento arriesgado pero sumamente estimulante, pues la trama está ahora en un nivel superior y casi parece forzado que el tal Elliot todavía siga intentando derribar a la hipnótica Whiterose, lo cual me parece imposible, poco factible y, si ocurre, indudablemente rebuscado y poco coherente con el supuesto espíritu nihilista de la serie. A todo esto, ¿por qué tanto ilusorio optimismo? ¿Sam Esmail está intentando despistarnos, o de verdad su ex dejó de ser su ex y por eso anda tan contento por la vida haciendo que sus personajes encuentren sentido a sus ya destruidas vidas? No lo entiendo; me defraudaría mucho que "Mr. Robot" acabe con un final feliz.
No quería comenzar esta entrada con el párrafo anterior, pero surgió y no me pude negar. Como sea, iba a partir diciendo que, aunque siempre digo que no me gusta re-leer viejas entradas, me puse a revisar qué es lo que dije sobre la segunda temporada de "Mr. Robot", y para mi sorpresa, en aquélla, al final, vaticinaba que la tercera podía mejorar notablemente dado que los elementos, las piezas narrativas, quedaron colocados para desarrollarse, justamente, como una guerra sin cuartel entre un Elliot decepcionado de cómo resultaron las cosas y una Whiterose que no tiene límites aparentes para lograr sus inciertos objetivos. Esto se cumple: la temporada consta de las acciones que desarrolla cada bando para lograr sus objetivos: los de Whiterose, inciertos, y los de Elliot, detener las acciones terroristas de la primera y vengarse por haber sido utilizado como un vulgar títere. Bien ahí. Mejor aún porque Sam Esmail abandona esa fútil densidad psicológica de la segunda temporada (la cual, por lo demás, fue una suerte de explicación de los acontecimientos de la primera, dejando que sólo los dos o tres episodios finales pudieran realmente avanzar en la trama, en la guerra sin cuartel a desatarse) y las pueriles ínfulas anarquistas y anti-sistema de la primera. Quizás no deje del todo lo anterior, pues todavía tenemos que ver a Elliot peleando contra el Mr. Robot dentro de su mente y hablar sobre su depresión con la psiquiatra, además de escucharlo monologar sobre cuán banal y perdida está la civilización occidental de hoy en día, con sus Trumps y sus iPhones y todo eso, pero al menos Esmail acertó al determinar que el objetivo de esta temporada fuera el de ser un thriller intenso y trepidante, objetivo en el que se concentró y logró un excelente resultado, planteándose retos que hacen de algunos episodios verdaderas delicias (como aquel que ocurre enteramente en las dependencias de E Corp), y dando espacio a personajes antológicos, como el del gran Bobby Cannavale, el de Joey Bada$$, el de BD Wong, entre otros. Por lo demás, siendo una temporada dirigida enteramente por un solo director, que además resulta ser el creador de la serie, visualmente luce como una verdadera obra total cuya intención de fondo se nota en cada imagen; lo que sí, aunque Sam Esmail tiene claro y decidido el concepto visual (el thriller... psicológico), le falta ser un auténtico creador de imágenes con discurso, pues su puesta en escena, excelente en lo atmosférico, no es más que una réplica de referencias cinematográficas recientes que a su vez tienen mucho de estética de videoclip más que de cine, o lo que es lo mismo, Esmail aún no halla la dimensión moral y ética de la imagen: insiste en incluir su discurso de manera estrictamente verbal. Además debería mejorar su dirección de actores (Cannavale, Slater y BD Wong se salvan porque tienen oficio, están curtidos en esto de la actuación, y porque sus personajes están muy bien definidos desde el guión). Con todo, me alegro que el tipo goce de tanta libertad, pues se le nota el esfuerzo y el entusiasmo, las ganas de superarse y de imponerse nuevos retos. Se valora que esta temporada parezca más "adulta", incluso tenebrosa...
En resumen, esta tercera temporada de "Mr. Robot" funciona la mar de bien como un thriller de hackers y terroristas dirigido de manera vistosa y estilosa. Y mientras nadie piense que estamos ante un sesudo tratado filosófico y socio-político, no problemo, amigou.
¿Y por qué tanta referencia a los viajes en el tiempo: "Volver al futuro", la escena en que Superman vuela hacia el pasado alrededor de la tierra, la rubia retrocediendo videos de edificios derrumbándose como si la vida se pudiera arreglar con un control remoto (como en "Funny Games")? ¿Qué nos están sugiriendo?
Eso sí, ahora no tengo idea de cómo podrá ser la ya confirmada cuarta temporada. ¿Más guerra?
...blah, blahblah, blah-blah... blah...