Muchachada Nui, risas y aplausos en Valladolid

 Raúl Cimas y Julián López.Fotografías de Sergio Alonso.
El pasado sábado siete de mayo, en el auditorio Miguel Delibes de Valladolid, tuvimos la oportunidad de disfrutar del humor ¿inteligente? De Ernesto Sevilla, Julián López y Raúl Cimas, conocidos miembros de “La hora chanante” y los sucesivos nombres que ha ido teniendo el colectivo.
A un clic os contamos más, y os recomendamos que escuchéis el programa "Aún sin nombre" de esta semana donde nuestro amigo Toñito Muñiz les ha realizado una breve entrevista.
El comienzo.
Empezando el show a las 21:30, aunque algunos pensábamos que era media hora antes según lo que la productora nos había dicho, sobre un escenario totalmente vacío en que solo había dos micrófonos, con sus soportes, la luz del foco que llegaba hasta ellos y el humor tan característico de estos tres cómicos.
Vestidos de calle, americana y camiseta, hicieron su aparición Raúl Cimas y Julián López, que entraron casi corriendo al escenario, logrando la risa del público solamente con esto y desde ese momento hasta el final del espectáculo practicamente no pararon de escucharse.
Tras una presentación de lo que íbamos a ver, e interactuar un poco con el público llegando a dar una mandarina a uno de asistentes, entró en escena, andando tranquilamente, Ernesto Sevilla que tuvo un gran aplauso en cuanto pisó las tablas.
Ernesto Sevilla.
 Ernesto Sevilla.
El líder del grupo, al igual que harían después los otros dos, usó partes de varios monólogos anteriores, alguna cosa nueva, un poco de improvisación para dar su cáustica visión de la vida desde la adolescencia y su masturbación, con el conocido “si te tocas te volverás loco” (y lo que él consideraba que entonces no habría solución), el querer tener super poderes y en concreto la fuerza, que no la inteligencia, e incluso hablando de la conocida saga de "Crepúsculo”.
Julián López.
 Julián López.
El siguiente en hacer, de nuevo, su puesta en público fue Julián López que comenzó hablando de las anécdotas que conlleva la vida del cómico, y la gente que te asalta en la calle pidiéndote un chiste. También habló de su propio pasado y de las discusiones entre padre e hijo, logrando en un momento un aplauso pequeño y secundado por poca gente pero que él aprovechó para seguir con su ingenio y obtuvo a cambio las palmas de todo el auditorio. Esta misma resolución le hizo salir con buen pie de un pequeño fallo técnico, y es que cuando su micrófono dejó de funcionar logró que se convirtiera en parte del show.
Raúl Cimas.
 Raúl Cimas.
Terminó con una rápida interpretación de Sinatra, “es que también soy músico” dijo él mismo, para dar paso a Raúl Cimas, que entró bailando (para mí el más grande de los tres, tanto en sentido figurado como literal.) Dejando claro desde el principio que “esto son monólogos y no teatro”, pasó a hablar del humor inteligente que se supone ellos hacen (aunque él mismo lo dudaba) y del día en que Dios le visitó solo para decirle “perdón, me he equivocado”, además de sus avatares familiares y es que parece que la infancia de los tres daría para hacer una serie de televisión.
El cierre.
 El momento final.
Más rápido de lo que hubiéramos querido llegó el final, en el que Raúl, acompañado de Julián, cantó su “El aparejador” para seguir, por parte del otro a su “Friestail”. Con esto no quedaba otra que, por supuesto, interpretar el gran éxito “Hijo de puta más” para la que se sirvieron además de dos miembros del público (Ruth y Diego) para hacer los coros, ya que según explicaron los miembros de “Muchachada Nui” se habían olvidado el disco con la pista del audio.
La opinión.
Sin duda alguna tuvimos casi dos horas de risas y mucho humor, sin un momento de descanso y con una función que iba ganando a cada paso. Aunque no existe nada perfecto, y el problema que aquí encontramos es que se anunció un “Show para la Muchachada Nui”, cuando en realidad lo que se iba a hacer era monólogos por separado de cada uno de los tres. Algo que finalmente no tuvo mayor relevancia, pero que igualmente hay que dejar reseñado.
Ya han sido dos las veces que he podido ver a este grupo (o parte) sobre el escenario, y espero que no sea la última.