Norelys Morales Aguilera.─ Ya ha comenzado la campaña de ataque a las vacunas cubanas, cuando los grandes medios y calificados especialistas dan el visto bueno al trabajo cubano.
Es una hazaña que Cuba trabaje en cinco vacunas, dos en fase tres, que implica que una vez cumplidos los requerimientos se pueda generalizar la vacunación en la Isla.
El ataque se ha iniciado en la parte más sensible de la población, los niños. Los dardos llegan, entre otros, de RadioTVMartí, la estación norteamericana que profana el nombre del apóstol cubano y que pertenece al gobierno de Estados Unidos.
Se basan en el criterio de madres, cuya verificación resulta imposible. Esas supuestas madres se negarían a vacunar a sus hijos. Se basan en la manipulación.
La directora de investigaciones del Instituto Finlay Dagmar García, explicó que se inmunizará a los niños, pero se requiere evaluar primero los productos en poblaciones adultas antes de hacerlo en los infantes.
Mucho cuesta a los manipuladores hacerse con la verdad.
No ha sido difícil hallar más de 80 mil voluntarios para las vacunas Soberana O2, Soberana Plus y Mambisa, en La Habana, Santiago de Cuba y Guantánamo.
La gente cubana espera la vacuna con orgullo y seguridad. Cualquier cubano sabe que Cuba produce ocho de las vacunas con que se inmunizan a los niños cubanos y saben que hay otras como la del cáncer de pulmón que se estudia también en Nueva York.
La propaganda negativa no podrá quitar la confianza en la ciencia que trabaja intensamente en Cuba. Tampoco podrá quitar la capacidad de discernir de la heroica gente cubana y las vacunas no están exentas de ella.
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