Después de años viendo bolas de madera decorando por aquí y por allá, sobre todo en hogares de estilo más rústico y bohemio, hemos sucumbido al encanto de las mismas... Rebuscando por casa encontramos este collar de cuentas que tiene mil años y que, en honor a la verdad, nunca estrenamos; lo compramos por internet y su color, de un verde desteñido, nunca nos convenció. Pero claro, si no lo queríamos de esta guisa para nuestro exorno personal, tampoco para el de nuestras casas. La primera idea fue dejarlo en madera natural, pero resultó una tarea de lija casi imposible, máxime con las bolas más pequeñas, así que, spray en mano, lo reconvertimos con la pintura. Su estética, ahora, se aproxima mucho a esa otra que lucen las cuentas de madera decorativas y que, tanto en guirnalda, como por separado, aportan un toque fresco y natural al entorno del hogar.
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¿Qué os parece esta tendencia decorativa? ¿Os imagináis adoptándola en vuestros hogares?