Asombra el crecimiento español que a la vista de los datos oficiales es en realidad el mayor del planeta, en toda su historia además. La verdad está en las estadísticas, pero sólo en las oficiales como debe ser, pues lo demás puede no ser tan fiable como lo de las autoridades. Siempre han dicho que esto era la novena potencia económica mundial y la primera en lo espiritual. Pues este dato debe ser revisado inmediatamente a la vista de lo que ahora se sabe.
España pasó de un Producto Interior Bruto (PIB) de menos de 200.000 millones de euros en 1982 a 400.000 en 1992 gracias a la primera burbuja inmobiliaria que se quedó atascada en 1993 generando un 24% de desempleo en un par de años y 3,5 millones de parados. La segunda burbuja, la madre de todas la burbujas de la construcción en Occidente, logró que el PIB pasase de los 400.000 millones al billón en sólo diez año entre 1997 y el año 2007. Y ahí se quedó el PIB español, en los datos del mayor precio especulativo de la burbuja inmobiliaria, con unas constructoras que valian miles de millones de euros, todas ellas ahora en quiebra, las igualmente hundidas inmobiliarias que valían otros tantos, y las cajas de ahorros que sumaban otro tanto más. Llovía el dinero de los inversores extranjeros y prestamistas europeos.
De reprente, se fue a tomar vientos la construcción, las inmobiliarias, las cajas de ahorros y los inversores se llevaron 300.000 millones de euros sólo entre mayo de 2011 y mayo de 2012. Haciendo números a lo primitivo, le pondremos otros 150.000 millones al agujero de las cajas de ahorros y otro tanto más al del ladrillo y el hormigón. Sumando con los dedos, 300.00 de cajas y ladrillos y otros tantos que se han llevado los inversores fuera del país. Total, 600.000 millones de euros. Sólo nos faltaban los sesudos analistas que digan que el PIB está inflado en un 21% para que los números acaben de dejar claro el milagro español. Si descontamos otros 210.000 millones del total billonario nos hemos quedado en el PIB de 1981 resultado de restarle al billón famoso los 810.000 que se han ido al carajo.
Y dicen que ven brotes verdes nada más para que no nos de un infarto por la alegría que supondría a los ciudadanos saber que viven en el país más productivo de todo el planeta, la primera potencia y no la novena. Porque España, con estos datos en la mano ha producido este año 810.000 millones de euros para compensar lo perdido y así lograr que su PIB sea el mismo que cuando todo ese dinero era simplemente burbuja inmobiliaria a precios especulativos, cajas de ahorros que escondían agujeros de decenas de miles de millones de euros cada una y los malditos inversores dispuestos a sacar de España en un año una cantidad igual al 30% de su PIB. Sin contar los agujeros de las administraciones a lo largo y ancho de sus presupuestos y competencias.
De los datos podemos deducir que sólo con 16 millones de personas con empleo de un total de 23 millones de personas en edad de trabajar, se ha producido el año pasado el 81% del PIB de no se sabe dónde para compensar la caída de toda la economía, que estando parada, es a la vez la más productiva del planeta. Sin duda no hay un problema de economía sumergida, lo que pasa es que hay como siete millones de población en edad de trabajar que no lo hacen por ser multimillonarios. Tal es la riqueza que se puede constatar con los datos oficiales. No son brotes verdes, son habichuelas mágicas como es evidente.