Martí Perarnau (voz y guitarra). Fotografías de Jesús Díez
“Somos Mucho, el azote grecolatino de La Mancha”; así se presentaron Mucho, los cuatro toledanos que el pasado sábado 16 de febrero. Empezarían a tocar ya entrada la medianoche en la capital vallisoletana para presentar su segundo trabajo, “El Apocalipsis según Mucho”.
Y es que mucho se hizo de esperar, y nunca mejor dicho, el concierto que casi dos horas más tarde de lo acordado comenzaría sobre el escenario de la sala Black Pearl, donde el número de asistentes no acompañaría al nombre del grupo, que apenas llenaba las primeras filas de la sala.
Mucho, en concierto
Pero el número de asistentes no parecía mermar la actitud de Martí Perarnau, cantante y guitarra de la banda: “Somos pocos, pero menos gente había en el sermón de la montaña y pasó a la historia”, bromeba Martí, que se convirtió en el alma máter del espectáculo.
Con “En la Base de la Montaña”, uno de los temas de ese segundo disco, comenzarían su apocalipsis, un directo cargado de sus nuevos temas y donde a penas tuvieron cabida canciones de su primer y homónimo disco, más sencillas, pero también más bailables.
De “El Apocalipsis según Mucho” tocarían casi todos lostemas que lo componenen. Por su parte, “Si quieres, no” y “La Casa en pie”, dos de los éxitos más veteranos de Mucho, continuarían tras una primera toma de contacto que derivó en un setlist de hasta 14 canciones.
La fuerza instrumental y el entusiasmo por hacer vibrar a los allí presentes unidos a la presencia de Chimo Bayo en algunas anécdotas caracterizaron un directo arropado por los ánimos o constantes “copón” que pretendían aupar a los asistentes hacia efluvios de pop cósmico y sintetizadores.
Miguel de Lucas (bajo)
“El Sitio Incorrecto”, “El Lustroso Alarido”, “Motores”, “Las Plantas”, “Como Si No Hubiera Mañana”, “La Larga Risa del Emperador”, “Los Hijos del Mal” o “Corre mi Reloj” completarían la lista elegida por unos Mucho “felices de la vida”, según afirmaban durante el concierto.
Culminando la noche, la traca final estaría patrocinada por algunas de sus más recientes y laureadas composiciones, “Más Feliz Sin Televisión” y “Sal de la Tierra” precederían a un fingido bis que coloca a Mucho entre esos artistas que prefieren “ahorrarse paseos hacia el camerino para luego terminar volviendo”.
Víctor Cabezuelo (piano y guitarra),
Por último, y encargada de cerrar, “Sustancia Fundamental” remataría la velada que aunque si bien destacó por su brevedad, de apenas una hora, también lo hizo por su fuerza, rabia y sentido del humor, ¡copón!
Dafne Calvo
Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.
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