Este joyero está hecho con mucho encanto, en color amarillo (los muebles en color amarillo son mis favoritos) son alegres y resaltan muchisimo. Está inspirado en el cuadro "los girasoles" de Vicent Van Gogh. Son servilletas decoupage que adquirimos en el Nationl Gallery de Londres, y que me están inspirando muchas ideas nueas, espero en breve poder enseñaros.
Y es que, además leyendo sobre Van Gogh...le gustaba el amarillo! qué casualidad...sus pinturas muestran girasoles en todas las etapas de su vida, desde plenamente en flor hasta que se marchitan. En su día fueron innovadoras en el uso de todo el espectro del color amarillo, que Van Gogh empleó en una gama cromática conjunta con naranjas, ocres, marrones y beiges. El color está aplicado con pinceladas fuertes, agresivas, en pequeños toques salteados, destacando la plasticidad de la pintura, que crea un fino relieve en la tela, para dar volumen a los girasoles. Para resaltar el amarillo y el naranja, empleó verde y azul cielo en los contornos, creando un efecto de suave intensidad lumínica.Para Van Gogh el amarillo tenía un especial simbolismo, era el color que representaba su mundo interior, hecho que se demuestra porque mandó pintar de ese color su casa en Arlés, donde por primera vez tenía algo propio, un espacio personal, que pensaba convertir en una comunidad de artistas dedicados únicamente a la creación artística. El amarillo es para el artista la vida, el calor, la luz, al ser el color del sol; como él mismo expresó en una carta a su hermano:
Ahora tenemos un calor magnífico e intenso y no corre nada de viento, es lo adecuado para mí. Un sol, una luz que, a falta de un calificativo mejor, sólo puedo definir con amarillo, un pálido amarillo azufre, un amarillo limón pálido. ¡Qué hermoso es el amarillo!En esta etapa de su vida el color fue cobrando en la obra de Vincent una autonomía propia, convirtiéndose más en un aspecto esencial de las cosas y no tanto una descripción física. Así, el color es el medio de expresión de su vida interior, de sus sentimientos, lo que le acerca en ese punto a otro movimiento artístico finisecular, el simbolismo. Ello se denota en su serie de los girasoles, donde destaca la fuerza cromática por encima de la mera descripción realista, ya que estas flores evocan la imaginación del artista, la fuerza expresiva de su temperamento artístico. Otro detalle que apunta al simbolismo es la precisión de los contornos, que en esta corriente artística se hacía para subrayar su singularidad, para remarcar su condición de «símbolos»; esta técnica fue denominada por Édouard Dujardin cloisonismo, y fue también empleada profusamente por Gauguin. Sin embargo, Vincent la empleaba de forma caprichosa, supeditada al conjunto de la obra, por lo que recibió el reproche de su amigo, que era más dogmático en su utilización, lo que fue uno de los motivos de fricción entre ambos.
Carta a Theo nº 522.