Ni había cumplido la mayoría de edad cuando se inició en el Teatro Español Universitario, pero la pasión de transmutarse en otros ya le corría por las venas. Quizá por eso aseguraba en una de sus últimas entrevistas que si volviese a tener veinte años le gustaría hacer lo mismo que hizo cuando los tenía. Y eso fue formarse y trabajar a destajo en compañías de Madrid, Sevilla y Barcelona. En una vida entregada a la actuación, su ímpetu por esta profesión se ha mantenido intacto hasta el final de sus días, en los que ha dejado pendiente de estreno en el María Guerrero una obra teatral (Bangkok) y su papel de padre en La novia, de Paula Ortiz, adaptación al cine de la obra lorquiana que verá la luz hoy en el Festival de San Sebastián, y cuyos responsables aseguran que el intérprete no pudo disfrutar antes de su fallecimiento.
Debutó en la pantalla con la serie de televisión Réquiem por Granada, de Vicente Escrivá, y después llegarían la película Los años bárbaros y su inolvidable papel de vecino en ‘Solas’, de Benito Zambrano. Un personaje con el que el público le descubrió a los 59 años y que le valió el Goya® a Mejor Actor Revelación en 1999, el reconocimiento en el Festival Internacional de Tokio y el premio a Mejor Actor Secundario de la Unión de Actores de España. Otras de las cintas en las que participó fueron ‘La hija del caníbal’, ‘Elsa & Fred’, ‘¿Por qué se frotan las patitas?’ o ‘Las olas’, de Alberto Morais, con la que recibió el San Jorge de Plata del Festival Internacional de Cine de Moscú.
Además apareció en series de televisión tan conocidas como ‘Gran Reserva’, ‘Con el culo al aire’ o ‘Imperium’. En este 2015 apareció en la pequeña pantalla en pequeños papeles en las ficciones ‘El ministerio del tiempo’ y ‘Carlos, Rey Emperador’, donde interpretó a Leonardo Da Vinci. Fue un intérprete muy prolífico en el cortometraje, acudiendo siempre a la llamada de jóvenes realizadores, llegando a aparecer en los títulos de créditos de más de sesenta filmes de corta duración.
En el próximo mes tenía previsto el estreno de ‘Bangkok’, con texto y dirección de Antonio Morcillo. La historia de un misterioso anciano con un billete para ir a la capital tailandesa que aparece en un aeropuerto vacío de la geografía española con la que Álvarez-Nóvoa ya no se subirá a las tablas del Teatro María Guerrero. Fallecido en Sevilla a los 75 años, este asturiano nacido en La Felguera, había tomado la capital hispalense como su tierra adoptiva. Vivía en Palomares del Río, dio clases a lo largo de los años en distintos institutos de la provincia y un teatro lleva su nombre, desde hace años, en la ciudad de Camas.