¿Se sienten ustedes satisfechos con su vida? ¿Consideran que han vivido plenamente y que han sido felices? Estos, son algunos parámetros fundamentales que determinan que si nuestra vida ha sido así, nuestra muerte, no tiene por qué ser tan dura. Los indicadores de los que les hablo se recogen en un estudio que ha sido realizado por un grupo de expertos de la Universidad de Granada, miembros del grupo de investigación sobre “Aspectos psicosociales y transculturales de la salud y la enfermedad”.
El estudio refleja que aquellos pacientes que tienen una enfermedad terminal y que saben que van a morir, muestran una mayor disposición y aceptación de su futuro cuando han tenido una vida feliz y plena. Pero en el caso de estos pacientes, el saber que su fin está cerca no es un consuelo pero sí una realidad y su situación les da relativa ventaja para hacer una valoración de lo que ha sido su vida. Algo que no solemos hacer aquellos que desconocemos cuando vamos a expirar.
Pero con esto no quiero mostrarles lo dramático que resulta saber que vas a morir o conocer cuándo vas a fenecer. La intención en esta ocasión es, intentar que valoren qué aspectos de la vida no han sido satisfechos. O que piensen si realmente, y hasta el momento, han sido felices. Porque muchas veces vivimos al día, pensamos en el futuro y recordamos el pasado, pero no evaluamos el conjunto general de lo que ha sido nuestro paso por la vida.
Objetivos cumplidos, deudas saldadas, causas pendientes. Todo forma parte de nosotros y de nuestra vida y aquello que no hemos solucionado, será un lastre que nos acompañará en nuestro descanso eterno. Es por ello que a veces es necesario hacer un ejercicio de autocrítica y buscar aquello donde quizá nos hayamos equivocado e intentar subsanarlo antes de dejar este mundo, porque así nuestro descanso sí sería pleno.
Porque como todos tenemos que morirnos, todos tendremos que lidiar con nuestra conciencia en nuestro último estertor y no hay mejor forma de dejar este mundo que con una sonrisa que demuestre que hemos sido felices y sea mucho o poco el tiempo que hemos estado, desear que éste haya sido feliz y absolutamente bueno. Y si lo piensan, las palabras de Leonardo da Vinci cobran mucho sentido cuando este se refirió a la muerte asegurando que “Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte”.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…