Lou Ottens, ingeniero holandés famoso por inventar la cinta de casete, ha muerto a los 94 años. Su deceso tuvo lugar el pasado 6 de marzo, pero se hace público este miércoles.
Fue a principios de los años sesenta cuando Ottens dirigó el equipo que desarrolló el casete en la compañía Hasselt, propiedad de Endhoven Philips.
En 1964 se culminó el invento y se mandó a fabricar en masa en Alemania. Un año después empezó a comercializarse en Europa. En 1969 desembarcó en Estados Unidos y cambió el mundo.
Este formato vivió sus décadas doradas durante los setenta y los ochenta, conviviendo con el vinilo. Aquellos maravillosos años en los que tener un walkman tan necesario como hoy un smartphone.
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Miles de millones de copias en radiocasetes de doble pletina. Esas estanterías en las gasolineras en las paradas de los viajes interminables. Las cintas de casete fueron el artefacto definitivo.
Y no solo en el ámbito musical. Pues también fueron esenciales en los videojuegos ahora considerados retro. En aquellas máquinas alucinantes que eran los Spectrum o los primeros Amstrad. O en las grabadoras de voz, claro, por supuesto.
Su declive empezó con la llegada del CD a finales de los ochenta. Las cintas de casete fueron relegadas por ese reluciente disco compacto. Y recibieron la puntilla con la música digital.
Sin embargo, aún hay artistas que, ya sea por romanticismo o por gusto por lo vintage, editan sus obras en este formato tan minoritario. Como pueden ser Arctic Monkeys o Nirvana.