Revista Cine

Muere Ray Harryhausen, el padre de los monstruos

Publicado el 07 mayo 2013 por Lapalomitamecanica
El veterano especialista en efectos especiales nos deja en Londres a los 92 años
Muere Ray Harryhausen, el padre de los monstruos
No existe un sólo aficionado al cine que no le deba a Ray Harryhausen cientos de horas de fascinación y entretenimiento ya sea directamente o en forma de legado. Y es que este alquimista de lo imposible, animador de efectos especiales desde que a los dieciséis años se quedará embelesado durante una proyección de King Kong, ha sido una influencia reconocida en las posteriores carreras de gente como George Lucas, Steven Spielberg, Tim Burton, James Cameron o Peter Jackson y una de las figuras detrás de las cámaras más icónicas y queridas por los aficionados al fantástico de los años 50, 60 y 70.
Nuestra despedida completa al mago, tras el salto.
Muere Ray Harryhausen, el padre de los monstruos Especialista en la técnica de stop-motion según él porque "los ordenadores parece que pueden hacerlo todo y la gente no les da importancia, pero el stop-motion ofrece un efecto diferente -como si viniera del mundo de los sueños- y de eso va la fantasía," Harryhausen ganó su primer Oscar por su trabajo en El Gran Gorila (1949, Ernest B. Schoedsack), aunque seguramente su pieza más célebre sea el famoso ataque de los esqueletos en Jasón y los Argonautas. En su filmografía también encontramos clásicos como Surgió de Debajo del Mar, Furia de Titanes o La Isla Misteriosa, siendo una participación no acreditada en Burke y Hare (John Landis, 2010) su último trabajo en la industria.
Su técnica provenía de un arduo trabajo creativo y físico, aunque estaba fundamentalmente basada en una pasión que le llevó a convertirse en autodidacta cuando ni siquiera había cumplido la mayoría de edad. Fue entonces cuando el precursor de la animación cuadro a cuadro, Willis O'Brien, le tomó como asistente, un hecho que Harryhausen definió como crucial para su carrera.
Amigo personal de Ray Bradbudy hasta su fallecimiento el año pasado y alérgico profundo a Hollywood -trabajó siempre desde Londres-, este americano afable y reservado dedicó su vida a parir las criaturas más increíbles, desde dinosaurios hasta extraterrestres pasando por monstruos mitológicos, dando forma a varios de los terrores y fantasías que cimentaron el cine del siglo XX e ilustrando los sueños y pesadillas de varias generaciones de espectadores.
Hoy no hay un sólo monstruo en la faz de La Tierra -o en cualquier otro planeta o dimensión- que no haya derramado una lágrima. Descanse en paz.


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