¡Muerte a Gadafi!

Medios informativos y grupos políticos y sociales progresistas exigen estos días que Occidente inicie “acciones contundentes” contra Muammar el Gadafi para expulsarlo del poder: piden, en definitiva, una invasión militar, con o sin aprobación de la ONU. 

Que apoyarán, en contra de lo que hicieron con la invasión de Irak bajo Saddam Husein, que había masacrado a centenares de millares de personas durante 24 años, incluso con armas químicas, no unos centenares o pocos miles en un período corto, como Gadafi.

En el caso iraquí las izquierdas, algunas subvencionadas por Saddam, se aliaron sobre todo con el corrupto presidente derechista francés, Jacques Chirac, que infringía el embargo de la ONU y hacía grandes negocios con el dictador, rompiendo el programa de “petróleo por alimentos”.

Los occidentales se acusan ahora entre ellos del desastre de los países árabes en los que se han producido revueltas contra las dictaduras corruptas.

Con las que había, además de negocios comunes, ciertas coincidencias ideológicas: el tunecino Ben Alí y el egipcio Hosni Mubarak eran compañeros del PSOE como miembros de la Internacional Socialista.

Y Gadafi, mientras, forma parte del Comité de Derechos Humanos de la ONU, ese que con otras tiranías islámicas, o modelo cubano, condena sistemáticamente a Israel.

Lo más importante de la historia reciente de esos países en los que se desarrollan las revueltas es que sus regímenes no tenían apoyo occidental inicialmente, sino soviético, y que fueron alejándose de Moscú conforme la URSS perdía la Guerra Fría.

Debe recordarse también que la Libia de Gadafi, fue un Estado terrorista hasta que el 15 de abril de 1986 Ronald Reagan bombardeó, para matarlo, los lugares donde podía residir.

Una acción boicoteada por François Mitterrand, Bettino Craxi y Felipe González, que impidieron a los aviones estadounidenses utilizar sus espacios aéreos.

Las izquierdas europeas, condenaron aquel ataque imperialista, denunciaron que una bomba había matado a una hija del líder progresista, y acusaron a Reagan de genocida.

Ahora lo progresista es invadir Libia y ¡muerte a Gadafi!

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SALAS observa el desierto:

 

Como dentro de unas horas entregan los Oscar, he aquí una propuesta para todos los premios. El cronista la defenderá todas las veces que sea necesario, hasta que le den, al menos, un Goya.