Ángel Carromero presenta su libro 'Muerte bajo sospecha'
El secretario general de Nuevas Generaciones de Madrid, Ángel Carromero, ha presentado este martes en rueda de prensa su libro 'Muerte bajo sospecha', editado por Oberón, donde ha asegurado que su vida "acabó en Cuba" tras los sucesos de julio de 2012 -en los que murieron el líder del Movimiento Cristiano de Liberación, Oswaldo Payá, y su colaborador, Harold Cepero-, y que si hay un indulto "justo" sería el suyo.
"Soy inocente, una víctima del castrismo", ha asegurado después de criticar el "buenismo de la sociedad española" ante "una dictadura de izquierdas" y tras aseverar que no ha sido fácil hablar de lo sucedido ni escribir sobre ello, cuando lo más sencillo habría sido quedarse callado. No lo ha hecho "por conciencia, por la memoria de Payá y Cepero y por las familias".
Carromero ha apuntado que sí ha sentido el apoyo de su partido, especialmente de la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, de quien ha dicho que se "volcó en querer saber lo que pasó". Ese respaldo también lo percibió por parte de la secretaria general de su partido, María Dolores de Cospedal, quien se ha reunido con la familia de Payá.
Sobre el indulto, que cuenta con el apoyo de la familia de Osvaldo Payá,Ángel Carromero ha explicado que "sigue en la mesa del Consejo de Ministros". "Si hay un indulto justo sería éste. No veo una causa objetiva para que no se conceda y más cuando se lee que el fiscal se opuso porque decía que no estaba arrepentido".
"¿De qué se tiene que arrepentir alguien que es inocente y que la familia no le culpa de nada", ha preguntado, después de apostillar que es "difícil de creer que se den otros cuando este está absolutamente justificado". No cree que la publicación del libro pudiera ser negativo para el indulto ya que "que se sepa la verdad no perjudica a nadie".
Visiblemente emocionado, Carromero ha destacado que el "drama" es la muerte de Payá y Cepero pero también ha reconocido que en su vida hay un antes y un después de lo ocurrido en la isla. "Mi vida acabó en Cuba y me esfuerzo en tratar de rehacerla pero para mí todo ha cambiado", ha confesado después relatar que lo sucedido sólo le permite pensar "a corto plazo". "Sólo pedía volver a casa un día para despedirme de la gente", ha relatado tras recordar sus cinco meses de prisión en Cuba.
Carromero ha estado respaldado por la viuda de Payá, Ofelia Acevedo, que no ha dudado en arremeter contra el "nulo apoyo de las autoridades judiciales españolas". "Sólo queremos que se abra una investigación internacional" para aclarar este "casi crimen perfecto" del que ha acusado al gobierno cubano. Ella y su familia han tenido que trasladarse a Miami ante las amenazas de muerte recibidas.
Acevedo ha apostillado que se aceptó "ventilar el asunto" por parte de las autoridades "como si fuera una cosa insular, para acogerse al tratado entre ambos países, y no como lo que es, un caso político". Carromero, a su vez, ha explicado que para traerle a España el Consejo de Ministros "tuvo que dar validez a la sentencia cubana", tal y como habría hecho si hubiera sido dictada "por una tribu aborigen del Amazonas".
Eso imposibilitó que en España se pueda revisar el juicio al ser algo ya juzgado. "Aquí vivimos en un Estado de Derecho que cumple la ley", ha remarcado. La viuda ha agradecido el "valor" de Carromero a la hora de escribir este libro, "con lo joven que es y en un mundo donde los intereses personales están por encima de la dignidad de las personas".
Carromero ha explicado que lo escribió para que "se sepa con todo detalle" lo ocurrido en el "accidente provocado" con el fin de acabar con la vida de dos personas "importantes de la disidencia y peligrosos para la dictadura comunista".
El vídeo grabado por coacciónUno de los momentos clave de la rueda de prensa ha sido cuandoCarromero ha explicado cómo los militares cubanos le obligaron a grabar un vídeo, parte esencial de la "farsa" que se desarrolló en la isla. Por otro lado, el popular ha explicado que, a pesar de lo publicado, su carné de conducir tenía validez hasta el mes de octubre.
Lo grabó después de haber sido "golpeado" y estando "rodeado de militares". Le obligaron a decir lo que ellos querían, de ahí el uso de modismos latinoamericanos (accidente en tránsito por accidente de tráfico). Pero también sacó a relucir su ingenio: para demostrar que el vídeo iba a ser editado y manipulado, se abrochaba y desabrochaba los botones del polo que le dieron en la cárcel.
A eso suma las fotos del atestado y del árbol contra el que supuestamente chocó por exceso de velocidad. "Es inverosímil, el árbol estaba intacto, recto", ha manifestado. Además, el coche siniestrado aparece en algunas fotografías "al lado de un riachuelo" y en otras "en medio de la selva".
Tampoco ha faltado en la rueda de prensa la pregunta sobre la actitud de su compañero de viaje, el sueco Aron Modig, que salió de la isla asegurando que iba dormido y que no se enteró de nada. Esa versión la mantenía hace un año, cuando se reunió con el español.
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