Revista Cultura y Ocio
"Misha había aparecido echez Viktor hacía un año, cuando el zoo estuvo repartiendo animales hambrientos a quien pudiera darles de comer. Viktor había pasado por allí y había vuelto con un pingüino rey".
Hay muchos motivos para leer un libro, y el mejor es la amistad. Hoy traigo a mi estantería virtual, Muerte con pingüino.
Conocemos a Misha, un pingüino rey que ha sido donado por el zoo a un particular llamado Viktor. Viktor es escritor, pero solo de relatitos y ni con ellos tiene mucho éxito, vive en soledad, casi triste, junto a su triste pingüino, buscando el lugar en el que le publiquen su último relato. Estamos en l Rusia postsoviética y la oportunidad llama a la puerta de Viktor en forma de curioso encargo: escribir estelas en un periódico. ¿Y qué es una estela? Pues la esquela escrita de alguien que aún está vivo. Y ese será el trabajo con el que Viktor gane dinero para subsistir junto a Misha, y también el comienzo de una novela negra.
Rusia ha dado mucho de sí para escribir historia y está claro que algo había que hacer para no repetirse. Por eso el ucraniano Kurkov decidió meter un pingüino en su historia, el por qué de un pingüino es algo que se me escapa, quizás por el frío o por la compra de peces congelados. Tal vez porque nunca estaría a gusto por mucho que le intentaran comprender, ya que su hogar y entorno quedaba demasiado lejos... tal vez. El caso es que es casi cooprotagonista de esta novela negra en la que se escriben obituarios de quien aún respira a la espera de poder hacer que vean la luz.Y si curioso es el encargo, más lo es que el protagonista ni siquiera se plantee lo raro del asunto, hasta que la primera estela es utilizada. En ese momento la novela gira para tornarse en una historia de espías, con niña a cargo incluida, mientras el pingüino pasea por la casa esperando que alguien le llene la bañera de agua fría para darse un chapuzón.
Este curioso argumento le da pie para mostrar las penurias y el hambre, la escasez y los secretismos de un momento en el que nadie se atrevía a peguntar, y la curiosidad de tener un pingüino se explica con la situación del zoo que es, a su vez, un gran ejemplo del lamentable estado en el que se vivió en aquel momento en la ciudad.
Un mundo gris y frío en el que retumban disparos con víctimas que nadie quiere parare a mirar, un lugar con hambre en las casas y silencio ante cualquier ruido... un país en el que no se pregunta y un argumento extravagante para contar una historia conocida tomando un ángulo diferente al habitual. Eso es lo que ofrece Kurkov en su novela y eso es lo que hay que estar dispuesto a leer. Más allá del aviso, no me atrevo a hacer una recomendación directa de esta historia a la que le ha faltado un punto de atrevimiento para ser brillante.
Me ha sucedido con este libro una cosa curiosa, y es que me sonaba demasiado el argumento. Al ser tan peculiar, es difícil que a uno le suene si no lo ha leído y me anticipaba incluso a los hechos, cosa que llegó a irritarme, porque no encontraba referencias a que fuera una reedición por ninguna parte. Y para estas cosas, soy un poco maniática, además es evidente que carezco del don de la premonición o en otro caso ya me hubiera tocado la lotería. Finalmente y tras una revisión a fondo, encontré que se editó ya en el año 2007. Menudo alivio no estar loca, aunque, claro, eso deslució terriblemente el descubrimiento de Misha.
Y a vosotros, ¿os ha sucedido alguna vez algo parecido?
Gracias.