Revista Insólito

Muerte de doña Leonor de Guzmán

Publicado el 20 septiembre 2019 por Monpalentina @FFroi
Permaneció el rey el resto de aquel año en Sevilla, convaleciendo de su enfermedad, y entretenido en la caza, "sin entrometerse -dice su cronista-, de ningunos libramientos, sino de andar a cazar con falcones garceros o altaneros", hasta que al año siguiente, habiendo convocado cortes para Valladolid, según costumbre en principio de cada reinado, determinó salir para Castilla (febrero, 1351). 
EDAD MEDIA

Muerte de doña Leonor de Guzmán En Carmona tomó consigo la reina viuda a doña Leonor de Guzmán, que se hallaba allí presa, y la llevó hasta Llerena, gozando con ver abatida a su antigua rival. Como en Llerena se encontrase su hijo don Fadrique, maestre de Santiago, pidió éste, y se le concedió permiso para ver a su madre. La entrevista fue tierna y dolorosa; ninguna palabra, sólo suspiros y sollozos acertaron a cruzar entre sí la madre y el hijo, hasta que el carcelero les obligó a darse el último abrazo: el último, porque ya no volvieron a verse más, y la mudez misma de aquella escena tormentosa parecía presagiar la catástrofe que no tardó en sobrevenir. A instigación de Alburquerque y de la reina fue desde allí llevada doña Leonor, bajo la custodia de Gutierre Fernández de Toledo, a Talavera, llamada de la Reina por ser del señorío de la Reina madre. A los pocos días penetro en la prisión del alcázar un escudero de la reina doña María: pronto se vio la misión funesta que llevaba: el puñal del escudero se hundió en las entrañas de doña Leonor de Guzmán, primera tragedia con que se inauguró el reinado de don Pedro. Así expió la célebre dama de Alfonso XI de Castilla los ilícitos favores con que en otro tiempo se había envanecido. La reina, doña María de Portugal, tan sufrida y prudente cuando era esposa desgraciada, se acreditó de vengativa, cuando hubiera podido ganar fama de generosa, y cuando tenía en su mano una venganza más noble que la de la muerte, la humillación de la que había sido causa de sus pasados tormentos.
El pueblo auguró de aquel suplicio grandes guerras y escándalos para Castilla: el pueblo auguró bien. En cuanto al rey don Pedro, si no fue partícipe de aquella muerte, por lo menos no hemos leído en ninguna parte que dirigiera una palabra de reconvención, ni aun de desaprobación a su madre por haberlo ordenado.
Muerte de doña Leonor de Guzmán


La Historia General de España de Modesto Lafuente, es considerada el paradigma de la
historiografía nacional del pensamiento liberal del siglo XIX. 
Impresa en Barcelona por Montaner y Simón entre 1888 y 1890.


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