Desde agosto de 1997, cuando fallecieron en accidente de coche en París Dodi al Fayed y Lady Di, el egipcio Mohamed al Fayed ha luchado contra viento y marea por demostrar que las muertes de su hijo y su posible futura nuera, la princesa de Gales, fueron asesinatos. Ha ido a los tribunales, ha dado miles y miles de entrevistas, ha participado en cualquier foro que le sirviera como altavoz de su mensaje.Cualquier turista podía ver en el sótano de los londinenses almacenes Harrods el pequeño altar que Al Fayed, mientras fue dueño de la mítica tienda, erigió en memoria de la pareja.Su último intento es Unlawful killing (Ejecución ilegal), un documental dirigido por el actor Keith Allen, muy popular en Reino Unido y padre además de la cantante Lily Allen.
Según aclara un portavoz de la productora al diario The Independent, "Keith y Mohamed se reunieron en 2004 y comenzaron entonces la colaboración [parte del presupuesto lo ha aportado el egipcio]. Por supuesto, en el documental hay una entrevista con Al Fayed, pero no es su proyecto, es el de Allen".
Puede, pero seguro que defiende las teorías conspirativas -desde el título ya quedan claras las intenciones- porque el empresario ha anunciado que habrá una proyección para distribuidores y periodistas dentro del Mercado de Cine de Cannes -el más grande del mundo, y que se celebra en las mismas fechas que el festival, que arranca mañana miércoles y se clausura el domingo 22-, y que él mismo asistirá para charlar con quien quiera.