Revista Cine
(Dirigido por
Volker Schlondorff – USA 1985)
Es duro reconocer un fracaso
Willy Loman (Dustin Hoffman) tiene 60 años de
edad y pareciera que anduviera despistado, con la cabeza en otro lado. Durante
más de 40 años ha dedicado su vida a ser un vendedor que viaja de estado en
estado, no ha tenido descanso, siempre afanado a ver cómo ganar una comisión
que le permita solventar los gastos de la casa. Willy se siente viejo y fastidiado
de tener tantos sueños rotos, él quería que sus hijos triunfaran en la vida
pero no, parece que esta se lo hubiera negado. Por algún motivo Willy dice que su hijo Biff
lo odia pero no manifiesta el por qué.
Biff (John Malkovich), el hijo mayor (34), ha
trabajado desde que terminó el Bachillerato haciendo de todo pero todavía no se
encuentra así mismo. Es un idealista que se comporta como niño, siempre
soñando, medio poeta y gusta perseguir mujeres por lo cual no se ha casado. La
gente, a la que le encanta juzgar a los demás, lo tilda de loco, pero a él poco
le importa lo que piense la gente, él sabe que es sólo un hombre que todavía no
encuentra su camino. Por alguna razón tiene un resentimiento hacia su padre, lo
cual es un misterio para su madre.
Happy (Stephen Lang) es el otro hijo de Willy. A diferencia
de Biff, él tiene un trabajo estable (aunque fuera sólo de ayudante del
ayudante). Él cree ser el práctico de la casa, pero es un idealista más que
sueña con que muera su jefe para ascender. Por otro lado es también un
aficionado a las mujeres, sobre todo a las comprometidas. El placer de
seducirlas es increíble para Happy.
Linda Loman (Kate Reid) es la esposa de Willy, es aquella
que da equilibrio al hogar. Alienta a Willy y les dice sus verdades, a sus
hijos Biff y Happy.
Willy está peor de la cabeza, habla con el
aire, parece deprimido y termina siendo despedido del trabajo. Al mismo tiempo
Biff pareciera seguir con esa vida de planes y sueños, en cuanto a Happy ahora
dice que piensa “casarse”. Es momento de que los Loman se sienten, conversen y
hagan algo respecto al futuro, con los pies en la tierra, por sobre todo es
hora de que Willy y Biff acaben con ese odio-resentimiento entre ellos. La
pregunta es ¿Por qué un día cambió la relación entre Willy y Biff, y de
quererse tanto pasaron a odiarse mutuamente?
“Muerte de un viajante” es una obra magistral que
nos habla de la lucha mental entre ser idealista o ser práctico. Algunas
personas como el padre e hijos Loman se sienten fracasados porque no hicieron
dinero, no fueron ricos, mientras que sus vecinos y el hermano de Willy labraron
una fortuna. Puede decirse que a la familia Loman no les preocupó hacer plata
sino vivir de sus sueños y ser felices. De pronto, cuando comienzan a
compararse con los demás, cuando empiezan a sentirse juzgados, cuando la inseguridad
empieza a apoderarse de ellos es que tambalean hacia abajo. La mujer de Willy
es clave para hacer reflexionar a Biff (y a su hermano) acerca de su marido: “Yo no te he dicho que sea un gran hombre,
nunca logró ganar dinero, jamás se habló de él y quizá no tenga el mejor
carácter del mundo pero es un ser humano”.
Con esta actitud aguerrida, de fuerza, de lucha, Linda consigue hacer
reaccionar a sus hijos porque sabe que con Willy ya no es posible hacer nada,
más que darle sólo amor.
Si
piensas que estás vencido, lo estás;
Si
piensas que no te atreves, no lo harás;
Si
piensas que te gustaría ganar,
pero que
no puedes, no lo lograrás;
Si
piensas que perderás, ya has perdido;
Porque
en el Mundo encontrarás que el
éxito
comienza con la Voluntad del hombre.
Todo
está en el estado mental.
Christian
Barnard (Dr.)