Creo que todos los lectores tenemos periodos históricos fetiche, esos en los que no dudamos en adentrarnos, y otros en los que solemos no perdernos en demasía. La antigua Grecia es uno de esos periodos en los que me gusta sumergirme, sin embargo Muerte en la Acrópolis se me resistió bastante, la comencé en marzo del 2015 y tuve que rendirme, quizás no era el momento pero la novela ya no solo no me llegaba, si no que me aburría, no me interesaba en absoluto.
Aposté por posponer su lectura, por intentarlo cuando mi mente estuviera más libre, y la hora le llegó hace unas semanas, andaba buscando una lectura con la que llenar la casilla de la Grecia clásica en mi plantilla de la Yincana Histórica, y de repente mis ojos se cruzaron con el lomo de Muerte en la Acrópolis, y me dije que había llegado el momento de darle esa segunda oportunidad.
Y aunque me costó entrar en la trama, y acostumbrarme a un léxico que en ocasiones desconocía y me obligaba a buscar en el diccionario, poco a poco fue atrapándome. Gran parte de la culpa la tiene Apolófanes un personaje cuanto menos peculiar y Filoxena una hetaira no menos particular.
Junto a ambos y con la excusa de resolver un robo y un crimen nos daremos un paseo por la Atenas anterior a Cristo, seremos testigos de sus costumbres, de sus ritos ancestrales, de sus ofrendas a los dioses, de la clasificación social, de su economía y de las guerras que mantenían, de la importancia de los filósofos y de los logógrafos en la política y de las malas artes que algunos se gastaban con tal de prosperar.
Al final y contra todo pronóstico la novela me ha gustado, pero creo que no todos los lectores la disfrutaran por igual, porque hay momentos densos y otros que requieren tener un mínimo conocimiento del periodo histórico en el que se desarrolla.
El autor:
Andrea Maggi nació en Pordenone en 1974. Vive con su familia muy cerca de su ciudad natal. Es
profesor de literatura y un enamorado de la historia. Ha escrito artículos periodísticos en medios italianos. Autor revelación en Italia, ha ganado el torneo Io Scrittore, un prestigioso concurso literario italiano donde los propios escritores eligen al ganador. Muerte en la Acrópolis es su primera novela.
Sinopsis:
Un astuto investigador y una enigmática filósofa, unidos por un mismo destino: salvar el legendario tesoro de la Acrópolis.
Un aterrador aullido en el Partenón rompe el silencio en una noche de plenilunio. Un cadáver yace cerca de un altar. Los atenienses y las autoridades apuntan de inmediato a un culpable, un hombre de quien se sospecha que es un licántropo.
Pero la verdad es siempre más compleja y peligrosa; y dos jóvenes valientes comparten una misma pasión por revelarla, aunque eso signifique arriesgar sus vidas y hacer tambalear los cimientos de la ciudad.
Un viaje a la mítica Atenas, donde el thriller confluye con la historia y en el que los lectores descubren un nuevo talento literario.
Mis impresiones:
Nos encontramos ante una novela que conjuga la novela histórica con el thriller, el misterio y el suspense desde las primeras lineas, con tal equilibrio que asombra en una opera prima. A los lectores nos gusta que nos sorprendan, adentrarnos en periodos históricos poco trillados o desconocidos para nosotros, Andrea Maggi ambienta su novela en una Atenas en decadencia, agostado ese período de esplendor que parece ya lejano e irrecuperable.
Nos encontramos en el siglo IV a.C. y una situación socio, política y económica complicada. Atenas no es la que era, mantiene un cerco en Lamia contra los macedonios, pero el robo del tesoro de la Acrópolis la ha dejado sin efectivos para la guerra que se avecina contra Macedonia y que amenaza con reducirlos a la servidumbre.
No contentos con ello, un criador de gallos aparece despedazado cerca de un altar y los habitantes de las demos ven la posibilidad de deshacerse de un personaje molesto, Eurifemo, un pobre loco al que acusan de licántropo, sólo una persona creerá en su inocencia, Apólofanes, un mercader aficionado a la judicatura y a la lucha. De esa manera y a pesar de no estar versado en el arte de la oratoria asumirá su defensa. Y las limitaciones en el campo de la logografía las suplirá con ingenio y astucia.
De esa manera Andrea Maggi nos sumerge de lleno en un juicio de la época, en un duelo de títanes entre oradores, frente al mercader un reputado logógrafo Cratilo, un prítano que sufre en su ego una derrota aplastante.
El autor a pesar de los tecnicismos propios de la época tanto en las piezas de vestir, como en las sandalias o las distintas estancias de una casa, consigue que la atención del lector no decaiga en ningún momento gracias a unos giros sorprendentes y a unos personajes complejos, con muchos matices y como poco genuinos, tanto los principales como los secundarios.
El personaje principal es Apolófanes, a través de él conoceremos la trama y también a través de él veremos al resto de personajes, pero aún así la riqueza de estos es impresionante. Apolófanes es un hombre recto, juicioso, con un gran talante, ha conseguido hacerse un nombre como mercader, ser respetado y poder vivir de forma desahogada con sus negocios, además de cultivar su pasión por las sesiones judiciales, y la lucha, y es que todo hombre tiene que estar preparado para defender su ciudad del ataque de los enemigos si ello fuera necesario.
Apolófanes siempre ha sido peculiar y mantiene la palabra dada, la empeñó siendo un niño y debido a ello asume una defensa que le acarrea en un principio el odio del resto de los ciudadanos de la demos y como no el rechazo de su propia madre que no entiende que necesidad tiene de complicarse la vida. Sin embargo, no da su brazo a torcer y suple sus muchas carencias con ingenio y con astucia, y también con la ayuda de Filoxena, una hetaira libre, una filósofa insigne que se codea con las autoridades de la ciudad.
Filoxena a sus 22 años es una mujer influyente no solo equipara su status al de cualquier varón, si no que es tenida en más consideración que muchos de ellos. Su presencia es reclamada por los hombres importantes de la ciudad, y se pone al servicio de la investigación no tanto para descubrir al asesino del cridador de gallos de pelea, como para encontrar al ladrón del tesoro de la Acrópolis y parece que ambos hechos están vinculados.
Ambos podríamos decir que son los principales personajes de esta novela, Filoxena seduce desde su aparición no ya por su atractivo como por su pensamiento filosófico, una mujer tan bella como inteligente que despliega sus encantos en aras a un bien que puede dejarla con un mal sabor de boca, aún así persiste, y nos deja múltiples perlas, que si eres aficionado a apuntar citas plasmarás a buen seguro en tu libreta.
En cuanto a los personajes secundarios que hay que tener en cuenta merece mención especial la madre de Apolófanes, una mujer terca como una mula y de convicciones muy fuertes, una mujer que lograra ponerlo de mal humor y contra la espada y la pared en muchas ocasiones pero que no conseguirá que rompa la promesa hecha, una que el lector conoce al final del libro y que sobrevuela toda la narración.
Y el segundo personaje secundario digno de mención es Estrepsíades el criado de Apolófanes, su mano derecha, su entrenador en la lucha, su hombre de confianza, al que las más de las veces trata como un igual y otras veces tiene que recordarle su condición. Es un personaje en el que se adivina una cierta cultura, quizás no la que se aprende en los libros, pero si la que otorga la vida, verse reducido a la condición de esclavo no lo ha achantado un ápice y hace gala de sus malas pulgas y modales en múltiples ocasiones. El será los ojos y los oídos de Apolófanes en esa lucha contrarreloj para resolver el asesinato y el robo.
Aunque yo destaco esos cuatro la novela esta poblada de personajes cada uno de ellos con una forma de ser distinta y dibujado con esmero, incluso aquellos como Damasipo que sólo aparece mentado por los personajes.
A través de la prosa de Andrea Maggi paseamos por el Agora, por el Priteo y por las distintas calles de Atenas, somos testigos de la forma de vida de la época, de la importancia de consultar a los dioses y de las ofrendas, la necesidad del matrimonio para conservar la virtud un hombre y en cuanto a una mujer la de dejar de ser una carga económica para los padres y convertirse en una sierva del marido.
Pobreza y riqueza se dan la mano en esta novela, la primera la encarnan la mujer del criador de gallos y los padres de Eurifemo, la segunda el resto de personajes que transitan la novela, puesto que ninguno de ellos tiene una situación de tan extrema necesidad aunque su condición sea la de un esclavo.
Si pensábamos que la corrupción es un mal de nuestros días esta novela viene a recordarnos que es tan vieja como el mundo, puesto que uno de los males que aqueja a esta Atenas en decadencia es precisamente la corrupción de sus funcionarios y la dejadez de sus gobernantes.
Nos encontramos ante una novela narrada en primera persona, con un narrador que a través de sus reflexiones y de sus investigaciones nos da una imagen global de la trama, en la que los personajes los vemos a través de sus ojos y aún así no es una visión sesgada. Una historia líneal que hace referencia a una promesa del pasado, que se nos desvelara cuando haya concluido la investigación. Y puede que ese epilogo sea lo más emotivo de todo el libro. Completa la novela un glosario que yo descubrí tarde en el que te explica todos los vocablos propios de la época y una entrevista muy interesante al autor, que arroja luz sobre esos puntos oscuros que podría tener la historia y que nos revela que hay una nueva entrega que tiene por protagonistas a Apolófanes y a Filoxena.
Visto de esta manera podríamos creer que se trata de un extenso monologo, y sin embargo el dialogo tiene un peso muy grande en el desarrollo de esta historia, en la que nada es lo que parece, en la que el autor en ocasiones juega con el lector y le esconde las argucias de Apolófanes, en la que los giros mantienen despierta la curiosidad de un lector que se encuentra inmerso en una época tan lejana como desconocida para la mayoría de nosotros.
Conclusión:
Posiblemente y a pesar de ser una novela ágil y entretenida, a la par que muy instructiva, no convenza a todos los lectores, sobre todo aquellos que buscan lecturas ligeras, porque hay momentos en que tanta conversación filosófica llega a hacerla densa, sin embargo tiene muchos ingredientes para gustar a un gran número de lectores.
Yo estoy deseando reencontrarme con Apolófanes y Filoxena, y como no con el fiel Estrepsíades que tan buenos momentos me ha brindado y con la terca de la madre de Apolófanes que no le ha puesto las cosas nada fáciles.
Esta reseña participa en la Yincana Historica: Antiguas civilizaciones. La acción transcurre en la Grecia clásica