BUGANVILLAS Y JACARANDAS
Sumergirse en esta novela de Elia Barceló es como entrar en un cuidado jardín, una vez finalizado el correspondiente viaje en el tiempo, llegar a una zona idílica en la que, aun habiendo espinas y alguna que otra cuchillada, el lector puede incluso llegar a descansar, como presumen de hacerlo los habitantes de esta casa de Santa Rita.
En esa especie de comuna en la que todos colaboran a cambio de techo y paz, reina Sophia Walker, nonagenaria escritora capaz de disociarse para firmar novelas negras y novelas románticas seudoeróticas. Ella es la abeja madre y a su alrededor orbitan estudiantes becados, policías retirados como Robles, que se convierte en un puntal imprescindible para la novela, jóvenes contestatarios, amigas fidelísimas, familias desahuciadas, excónyuges en busca de un nuevo rincón para vivir…, todos bajo el espíritu abierto y amable que proporciona la herencia de los felices y esperanzadores años setenta.
Elia Barceló traza una atmósfera agradabilísima al tiempo que nos va dejando caer perlas del pasado de cada personaje, y metiendo la mano en un buen puñado de temas sociales, incluyendo corrupciones y oscuras amenazas urbanísticas. Además, llega a centralizar gran parte de la novela en su sobrina Greta, una traductora que en tiempos juveniles pasó un año en aquella casa, y que regresa ahora, huyendo de su roto matrimonio alemán, para encontrarse como candidata a recibir la posible herencia del legado de Sophia, incluyendo en ese legado Santa Rita y todo lo que eso significa.
Y hacia la mitad de la novela llega el crimen, la muerte de un antiguo pretendiente de la escritora, el detonante que pone en marcha un mecanismo que homenajea a la Christie – en algunos momentos incluso la parodia, con cariño pero la parodia -. Ahí el ritmo cambia, el lector agudiza su ingenio para tratar de hallar al culpable o de saber si hubo tal crimen o si el óbito no fue más que un desgraciado accidente.
Elia Barceló, entonces, se mueve muy a gusto jugando con las revelaciones pero sin abandonar en ningún momento el idilio con ese magnífico lugar, hasta el punto de que incluso la policía responsable de la investigación se siente atraída por la casa. Una delicia extemporánea que va incluso más allá de lo negro.
‘MUERTE EN SANTA RITA’. Elia Barceló.
Roca. Barcelona 2022. 384 págs. 18’95 euros.