Revista Cultura y Ocio
¡Ya estamos de vuelta! Os prometí que el día 1 de septiembre aparecería por aquí y podría decirse que las vacaciones ya han terminado. No creo que vuelva a ausentarme durante tanto tiempo y os digo que vengo cargadita de muuuuuuuchas cosas que quiero dejar por aquí. ¿Y por dónde voy a empezar? Por una serie que por fin dejamos atrás… ¿Cuál será?
“True Blood” nos decía adiós definitivamente la semana pasada, después de tantos años y tantísimas tramas con o sin mucho sentido. ¿Quién nos iba a decir que veríamos el final? Ahora es cuando toca remover el capítulo final y hacer una valoración de toda la temporada.
NO LEER AQUELLOS QUE NO HAYAN VISTO LA ÚLTIMA TEMPORADA DE TRUE BLOOD. HAY SPOLIERS DEL FINAL.
Tras años de ver las aventuras de Sookie Stackhouse, por fin hemos visto cómo quedaba felizmente con un completo desconocido, pero no sin antes matar al que “mal que nos pese” siempre sería el amor de su vida. ¿Ha sonado dramático? En realidad era lo que quería porque así borramos la sensación de aburrimiento que nos ha dejado en el cuerpo a muchos.
La serie empezó siendo una idea novedosas, donde HBO podía hartarse de meter escenas de sexo sin ton ni son y que nos hacía disfrutar por las desventuras de cada uno de sus personajes. Pero las temporadas empezaron a decaer, Sookie tenía la cabeza hecha un lío y ya no sabía si le iban los colmillos o los lobos. Parecía que cada temporada era una repetición de la anterior solo que cambiando el protagonista.
Cuando anunciaron el final de la serie con esta séptima temporada me alegré muchísimo. Creo que ya iba siendo hora de dar un final a esta serie, pero sinceramente en ese momento no pensé que los guionistas fueran tan malos y peor aún… ¡Que fueran tan predecibles! Creo que si los fans nos hubiéramos puesto a escribir habría salido algo mucho mejor.
¡Qué aburrimiento de temporada! Los capítulos no parecían durar entre 50 minutos y una hora sino más bien cien años. ¿Alguien sabe lo que es querer dormirse viendo a un par de vampiros infectados por un virus? Si pudiera os pondría una foto de mi misma soltando “zzzz” como una niña pequeña.
La temporada empezaba con todos los vampiros deseosos de sangre, los únicos que aún no habían contraído el virus se alimentaban de los humanos sanos y Sookie parecía muy feliz con el siempre gruñón Alcide. Poco les iba a durar la felicidad porque como nos ha demostrado esta temporada… La muerte acecha en todos lados.
Vale, vale, la muerte está a la vuelta de la esquina, pero… ¿De verdad hacía falta cargárselo así? Ya era bastante vergonzoso verle arrastrándose detrás de su Sookie mientras ella se tiraba a todo cristo, pero justo cuando consigue estar con ella finalmente, resulta que se lo cargan con un tiro en la frente. Eso no hubiera sido tan malo si hubiera estado vestido, pero encima… ¡Desnudo!
No es que esté en contra de esta práctica, pero no soy la primera que se queja de que Joe Manganiello solo enseñaba cuerpo en cada escena de True Blood y este final ha sido la gota que ha colmado el vaso. Qué manera más triste de morir, pero además de una forma tan tonta que incluso te entran ganas de reír y apagar la televisión.
Y claro, si hay un virus pues tendremos que encontrar la cura porque no podemos dejar morir a Eric, que es un personaje que revoluciona las hormonas de todas las adolescentes que ven la serie y de las que no son tan jovencitas. Y mientras nos peleamos por la cura, que acaba siendo la loca que ideó todo lo del virus, pues utilizamos mucho sexo para que Jessica lo deje con su novio, que Lafayette encuentre su media naranja…
¡Ah sí! Y traemos a Hoyt de vuelta porque necesitamos un final feliz y ese no va a ser el de los propios protagonistas. ¿Ah, no os lo he dicho? Bill muere a manos de la pobre Sookie porque resulta que después de tantos años, se da cuenta de que toda vida tiene que tener un final y después de jorobar la vida de Sookie día sí y día también pues parece que se merece ser feliz.
Y claro la otra tonta no encuentra ninguna objeción y se lo carga. ¿Con una bola tipo hada? Nooooo, lo mejor es la estaca y al menos ahí han sido originales. ¿En serio? No es que fuera pro-boda. Me daba igual si se casaba, se quedaba soltera o si moría como el resto de personajes. Era tal el cansancio que solo pensaba en descansar de ver tanto incongruencia junta.
Pero matar a Bill no era una opción. ¿Por qué? Sí, me parece muy noble por su parte que se deje matar para que Sookie sea feliz, pero si ese iba a ser el final… No necesitábamos los tres últimos capítulos. Nos los hubiéramos ahorrado y nos hubieran dado el mismo final insípido, soso y aburrido. ¿De qué me sirve saber cuatro capítulos antes que Bill se va a morir? ¡Pues justamente para que eso no ocurra! Para que se salve finalmente aunque no se quede con la protagonista…
¿Matarle de qué sirve? Pues para que al apagar la televisión diga… ¡Pues vaya pérdida de tiempo! Una hora de mi vida desperdiciada y si lo llego a saber veo los spoliers y me quito de este suplicio. Ha sido un final pésimo, donde no hay innovación, no hay sorpresa de ningún tipo y simplemente es una línea recta que se recorre hasta el final.
Sí, muy bonito el flashback del final donde se muestra la vida de los demás personajes, todos felices y contentos con niños ya criados o en camino. Qué facilidad de enamoramiento, qué bonita escena y qué subidón de azúcar estoy sintiendo en estos momentos. Podría pasar por alto el final de Pam y Eric que podría considerarse lo mejor de la serie.
En definitiva, un final pobre que no ha sorprendido en lo más absoluto y una declaración después de verlo. La serie no ha merecido tanto la pena, había que terminarla porque ya estaba bajando en audiencia, pero al menos podrían habérselo currado un poquito. Y luego nos quejamos del final de “Perdidos”… ¡No sé yo qué es peor!