Domingo de Ramos. En el corazón de Vigo, a la una del mediodía, numerosas personas se dan cita en el interior de la Iglesia de Santa María para celebrar el inicio de la Semana Santa.El aroma a laurel, olivo e incienso lo inunda todo, el calor es insoportable y desde el altar, el párroco se afana en explicar el significado de la pasión y muerte de Cristo dificultado por la enorme multitud que en esos momentos se concentra dentro del templo.En un lateral, en la estricta intimidad de un confesionario, una enigmática mujer de rasgos casi perfectos explica con serenidad a un joven sacerdote la motivación que ha guiado su vida durante los últimos seis años, pero también un más que inquietante futuro próximo.·Resumen·Semana Santa en Ourense. Una serie de crímenes están a punto de llevarse a cabo, sin embargo el por quién y el por qué es algo que se irá desvelando entre las páginas de esta novela. Eva, una policía, va a enfrentarse a una asesina cuyo plan parece ser imposible de alterar, pero... ¿quién es ella? ¿Y por qué persiste en matar a personas que a pesar de parecer ser aleatorias tienen un propósito?
·Mi opinión·No es ningún secreto que me encanta la novela negra. Mi escritora favorita es Agatha Christie, y por algo es (aunque últimamente me he encontrado con varios libros que no me han hecho tilín en el género), me encantan los crímenes (ficticios, claro) y que me sorprendan. Así que cuando vi esta lectura conjunta, no pude menos que apuntarme, ¡y menos mal! Porque la experiencia de leer esta novela ha sido muy gratificante, y probablemente de otra forma no la habría leído. Comencemos con la reseña. Hay un apartado especial de esta que son los personajes, y es que tanto la asesina como la policía son dos mujeres que, pese a ser muy distintas, son un hueso duro de roer. Son muy humanas y creo que es por esto por lo que se crea el ¿qué habría hecho yo de haber estado en su lugar? Emma y Eva llevan todo el peso de la novela sobre los hombros, y lo hacen más que bien. Respecto al resto del elenco, no se ahonda en nadie demasiado, de las víctimas se aporta un poco pero realmente lo que importa es los motivos y las razones por las cuales se ha llegado a esto. Quizás lo más impresionante es el hecho de que presentan a todos como personas muy normales... por más que luego tengan un pasado muy, muy distinto.
Roberto escribe muy bien. La trama de la novela engancha de mala manera, y el hecho de que desde un principio sepamos quién es el asesino y cómo asesina, es algo muy curioso. Nunca había leído una novela policiaca en la cual supiera desde un primer momento quién era el criminal, y me ha gustado mucho esto. Es más, nos va contando detalle por detalle todo lo que les sucede a las víctimas, que puede ser normal o muy muy desagradable (hay una escena en la que me puse mala solo de pensar en que algo así pudiera pasar xD). En general el tono en el que está escrita la investigación y todos los asesinatos es muy ameno y consigue que este libro se pueda ventilar en muy poco tiempo. Me gustó mucho el hecho de que vaya dividiendo el libro en días de la Semana Santa con su correspondiente crimen y proceso policial, lo cual lo hace todo mucho más interesante. Así, estás continuamente pensando ¿qué hará ahora la policía? o ¿cómo matará al siguiente?, y eso hace que en un santiamén la lectura se acabe, eso sí, la disfrutas de mala manera, eso que quede claro.
Quizás el único fallo que le he visto era que, y ya rozando el final, se me hacía un poco surrealista. Es decir, ¿sabes que intentarán matarte y te comportas así? Supongo que está criticando este hecho, la negligencia y la estupidez de un personaje y de varios, pero realmente eché de menos un mínimo de preocupación... sobre todo en Isaac. En realidad todos deberían haber hecho algo una vez alertados, pero el que más me rabió fue el de Isaac, que por hacerse el chulo hacía cualquier cosa. Este fue el único hecho que me molestó un poquito, porque el resto, estupendo. El ritmo de toda la novela es muy ágil y termina justo como debía terminar: de otra manera hubiera resultado sospechoso y, que queréis que os diga, ya demasiado recargado. Así, es sorprendente pero a la vez sensato y sin demasiadas cosas peculiares. Otra cosa es que tiene poco más de 250 páginas y son las justas y necesarias para que esta novela no se haga ni corta ni larga. Es increíble ir viendo cómo la policía -que, por cierto, se entera de todo- va desmenuzando el hilo que le llevará al asesino, que nosotros ya conocemos y que es meticuloso, teniéndolo todo planeado al detalle.
En definitiva, Muerte sin resurrección es una novela negra que de venir firmada por otro nombre podría ser mucho más famosa. Con una trama interesante y entretenida, unos personajes principales impresionantes y una serie de asesinatos que dejan al lector en vilo, Roberto ha creado una historia en la que me ha encantado perderme. Sin duda probaré algo más del autor.
Agradecimientos a Roberto Martínez Guzmán por el envío (y la lectura conjunta)