Al dejar ir algo, sea una persona, un evento, una emoción, etc.… invariablemente se está produciendo una muerte.
Para la gran mayoría de las personas, hablar de la muerte es asociar con sentimientos de “dolor”, es algo a lo que debemos de temer. Produce un miedo enorme y sobre todo una gran inseguridad tan solo pronunciar esa palabra.
Desde la filosofía oriental es mucho mas sencillo de comprender, ya que la vida sigue a la muerte con tanta seguridad como el día sigue a la noche, el invierno sigue al otoño, o la vejez sigue a la juventud.
Para el budismo todo en el universo, todo lo que ocurre en él, es parte de un inmenso tejido viviente de interconexiones. La energía vibrante que nosotros llamamos vida y que fluye a lo largo y ancho del universo no tiene principio ni final.
El budismo ve la muerte como un período de descanso, como un sueño a partir del cual la vida recobra energía y se prepara para nuevos ciclos de existencia.
La muerte es el nacimiento del paso que sigue, simplemente entiéndelo de esta manera: cuando algo muere, indiscutiblemente nace a otra realidad.
La muerte es necesaria y no debe de angustiarte… empieza hoy mismo a resignificar y a aprender a morir a todo cuanto ocurre a tu alrededor para que de este modo puedas sentir también el orgasmo de la vida en todo lo que generes…
Leído en centro anunaya
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