Muestra Renacer, la Catedral transformada

Renacer es el regalo perfecto que recibe la catedral para celebrar su 700 aniversario: el montaje de un museo en el mejor escenario posible, que proporciona esplendor y belleza al monumento e interés constante al visitante.

El 12 de octubre, Fiesta Nacional, cuando caminaba por la Calle Mayor Antigua de Palencia, poco antes de llegar a la catedral, me encontré con el gran escultor palentino Luis Alonso, que venĂ­a de su casa y portaba en sus manos materiales de labor camino de su taller, "porque un escultor no se puede permitir el lujo de hacer fiesta", me dijo. Alonso es discĂ­pulo de Victorio Macho y trabajĂł con el maestro cinco aĂąos. Ha intervenido en la restauraciĂłn del colosal e inigualable Cristo del Otero, en concreto en sus pies, manos y cabeza. Ha dado forma a un montĂłn de esculturas de Macho, que embellecen la ciudad, ademĂĄs de alguna meritoria de su propia creaciĂłn. Comenté a Luis que iba a ver Renacer, y me dijo que era muy buena exposiciĂłn, que merecĂ­a la pena visitar la catedral que estaba preciosa. En mi opiniĂłn una obra de este genial escultor deberĂ­a estar en esta muestra.

En la plaza de la Inmaculada me habĂ­a citado con mis amigos los escritores FroilĂĄn De LĂłzar y JuliĂĄn GonzĂĄlez Prieto, que venĂ­an acompaĂąados por otro amigo, el exbanquero José Antonio MartĂ­nez BorregĂĄn. A las diez en punto recibo el saludo de Ignacio, viejo conocido y empleado catedralicio, que desde el interior abriĂł las puertas de la catedral. Al poco tiempo llegĂł una excursiĂłn, y poco después mis amigos, procedentes de LeĂłn, y de San Salvador de Cantamuga, como le gusta a FroilĂĄn nombrar a su pueblo, por su nombre real, aunque no sea el oficial.
Al entrar en el templo, habĂ­a ambiente en la mĂĄs importante iglesia de Palencia, lo primero que percibo con sorpresa es su increĂ­ble luminosidad, que incrementa de manera excepcional la belleza de la seo palentina. Tanto ha cambiado el templo que las naves y bĂłvedas me parecen mĂĄs anchas y esbeltas. Esta belleza inusual impresiona también a JuliĂĄn y FroilĂĄn, que hace aĂąos que no visitaban la catedral.

Muestra Renacer, catedral de Palencia | Foto: DiĂłcesis de Palencia
El itinerario de la Muestra, nos sorprende por su excesiva calidad, nos encontramos ante el mejor escenario posible, capaz de despertar nuestro interés por no dejar de ver ninguna de las obras expuestas, obras maestras distribuidas en cada uno de los siete capĂ­tulos de Renacer; que adornan estratégicamente el inmenso potencial artĂ­stico y la belleza que aporta el monumento. Admiramos la girola y las vidrieras que también ganaron en luminosidad, como lo ganaron las diferentes capillas, el altar mayor, el coro, el trascoro, la cripta, el claustro y la sala capitular, toda la catedral es un atrayente espectĂĄculo artĂ­stico y visual.
En la Capilla de la Virgen Blanca nos recibe su imagen, del siglo XIV, de alabastro que se ha sacado del altar para que se aprecie toda su belleza, en el lugar donde se colocĂł la primera piedra de la catedral. Seguimos el recorrido admirando las siguientes capillas, y nos sorprende el encuentro con el arca de madera, pintada con los escudos de Castilla y LeĂłn, que contiene los restos momificados de DoĂąa Urraca, reina de Navarra que muriĂł en Palencia. El arca se ha bajado de la hornacina y colocado junto a las rejas de la Capilla del Sagrario, en la que se puede ver a DoĂąa Inés de Osorio, benefactora de la catedral y a su criada, la de la coleta. El retablo renacentista de la Capilla del Sagrario tiene mĂĄs encanto con la nueva iluminaciĂłn. En una de las capillas, la del baptisterio o de San CristĂłbal, lucĂ­a una magnĂ­fica pila bautismal plateresca del siglo XVI, con la que bromeĂł JuliĂĄn al decir que "en esta pila habĂ­a sido bautizado un tal JuliĂĄn GonzĂĄlez Prieto".
El retablo mayor con su exuberante iluminaciĂłn nos hace disfrutar de toda la riqueza de este conjunto, auténtica joya del renacimiento castellano, en la que te encuentras con la escultura de San AntolĂ­n de Gregorio FernĂĄndez, las bellas tablas de Juan de Flandes, las buenas esculturas de grandes imagineros como Bigarny, Alejo de BahĂ­a, Juan de Valmaseda, y la sorpresa del extraordinario zĂłcalo de azulejos recientemente descubierto en el montaje de la exposiciĂłn. Un enorme espejo apoyado en las escaleras de acceso realza aĂşn mĂĄs el colosal y bello retablo.
Retablo Mayor. Catedral de Palencia.
La nueva iluminaciĂłn permite descubrir también la belleza del Coro, de su espléndida sillerĂ­a, y del magnĂ­fico Ăłrgano. Destacar el montaje que eleva el nivel del suelo para poder ver con detalle y de cerca los bellos sepulcros del Abad de Husillos y de Rodrigo EnrĂ­quez, exclusiva muy meritoria que nos ofrece esta Muestra. ContinĂşan las sorpresas con el encuentro con dos “grecos”, dos “berruguetes”, un “da vinci”, y un “capel”. El primer “greco” es palentino del Museo Catedralicio (1), el segundo toledano de la sacristĂ­a de la catedral de Toledo. El primer “berruguete” es de Pedro Berruguete, y el segundo de su hijo Alonso, mĂĄs conocido como extraordinario escultor. El “da vinci” es obra de Fernando YĂĄĂąez, meritorio discĂ­pulo espaĂąol de Leonardo Da Vinci.

Coro de la catedral de Palencia. Foto: DiĂłcesis de Palencia
Y si hablamos de estos genios de la pintura del Renacimiento, no nos sorprende encontrarnos con un retrato de un maestro que vive, el gran pintor realista palentino Antonio GuzmĂĄn Capel, con la magnĂ­fica imagen del entonces beato, hoy santo, Rafael Arnaiz, que tiene capilla y sepulcro en el Monasterio de la Trapa.

Beato Rafael Arnaiz. Antonio GuzmĂĄn CapelEn la Muestra se encuentran obras maestras de los mejores imagineros del Renacimiento, como Felipe Bigarny, Juan de Juni, Gil de Siloé. De este Ăşltimo se expone su magnĂ­fico Ecce Homo, fuera de su hornacina en la catedral para poder apreciar mejor su calidad. Impresiona por su patético sufrimiento un Cristo Crucificado de los que solo sabĂ­a hacer el mejor escultor del Barroco, Gregorio FernĂĄndez. Nos detenemos a continuaciĂłn en la obra del genial palentino Victorio Macho y la escultura de su hermano Marcelo, una pieza que estĂĄ en su museo de Toledo, y que no veĂ­a en Palencia desde aquella importante y recordada exposiciĂłn sobre Victorio Macho que tuvo lugar en la iglesia de las CanĂłnigas.
El Hermano Marcelo es una escultura magnĂ­fica, que Victorio donĂł a esta catedral, pero por imperativo del Cabildo no la pudo colocar y se la llevĂł a su museo de Toledo. Admirar la cara, pies, y pliegues del hĂĄbito de mĂĄrmol del hermano Marcelo es apreciar una de las mejores obras del mejor escultor de su época en EspaĂąa e Hispanoamérica, capaz de hacer una estatua sencillamente impresionante, una joya de escultura como lo es la de su Sagrado CorazĂłn de JesĂşs, de 21 mts., vigĂ­a de Palencia desde el Cerro del Otero. Espléndida, esbelta, Ăşnica y proporcionada escultura. Ninguna ciudad tiene un Cristo de esta calidad, y ya es hora que tenga el protagonismo merecido este sĂ­mbolo de la capital, junto con esta catedral.
Dos obras de Juan de Flandes: La resurrecciĂłn de LĂĄzaro y La adoraciĂłn de los Reyes dan valor especial a la Muestra, cedidas para la ocasiĂłn por el Museo del Prado, que proceden de Palencia, pero terminaron en el gran museo. Me encuentro con excelentes tallas, sagrarios, cĂĄlices y objetos litĂşrgicos, y algunas de las magnĂ­ficas tallas que se expusieron en las Edades del Hombre, celebrada en esta catedral con gran éxito en el aĂąo 1999.


Trascoro de la catedral de Palencia. Foto: CuriosĂłn
Un lujo poder visionar el bello Trascoro tan profusamente tallado y su bello polĂ­ptico flamenco comprado en Flandes por el obispo Fonseca. Otro lujo es descender, por la magnĂ­fica escalinata y apreciar su espléndida decoraciĂłn hasta alcanzar la Cripta de San AntolĂ­n, encharcada por las filtraciones, pero bella porque se dan citan allĂ­ el arte visigodo del siglo VII, y la ampliaciĂłn proto romĂĄnica de la primitiva catedral. No debe olvidarse, al salir de la cripta, de admirar el excelente pĂşlpito de quien fue obispo de Palencia, Luis Cabeza de Vaca, realizado en madera sin policromar, obra de algĂşn discĂ­pulo de Alonso Berruguete, y los magnĂ­ficos tapices que el Obispo Fonseca comprĂł en Flandes, recientemente restaurados en la Real FĂĄbrica de Tapices, otra de las maravillas de la catedral.
Entrar en la SacristĂ­a permite el acceso a un recinto que con motivo de esta Muestra es accesible al pĂşblico. Impresionan sus grandes cajoneras y la decoraciĂłn, sin olvidar la belleza de las piezas de orfebrerĂ­a y casullas, zapatos y demĂĄs hĂĄbitos de obispos y canĂłnigos que se exponen a su salida.
Visitamos y admiramos el claustro de la catedral y la magnĂ­fica sala capitular, obras de Juan Gil de Hontaùón. En la Sala Capitular es curioso visionar el anamorfismo (transformaciĂłn) del rey Carlos I, que deforma su cabeza y se puede ver perfecta a través de una mirilla. MagnĂ­ficos los cuatro tapices comprados por el obispo Fonseca. En esta Sala se encuentra el Museo Catedralicio, hoy casi desmantelado porque sus principales obras, entre ellas el cuadro de San SebastiĂĄn del Greco, han sido trasladadas para su contemplaciĂłn en la Muestra Renacer.


Todo es bello en la seo, podemos presumir de tener una catedral que en su interior es de las mejores de EspaĂąa, la tercera en magnitud, dotada de joyas artĂ­sticas en todos sus rincones y atesora una magnĂ­fica cripta, origen de este templo. NingĂşn palentino debe perderse esta Muestra, ni todo aquel que disfrute con la contemplaciĂłn del arte sacro de calidad que ofrece la catedral junto al montaje de esta exposiciĂłn, sin olvidarnos de la magnĂ­fica rejerĂ­a que a veces pasa inadvertida.
La visita a la catedral y su Muestra Renacer, sin poder ser detallada como se merece, por falta de tiempo nos durĂł unas dos horas, pero quedamos muy satisfechos, mereciĂł la pena pasar casi media maĂąana en nuestra bella catedral. Buen recuerdo de Palencia se llevaron JuliĂĄn, José Antonio, y FroilĂĄn.

(1)    NOTA: SegĂşn informa Diario Palentino, en su ediciĂłn del domingo 16 de octubre, el cuadro de San SebastiĂĄn del Greco que se encontraba en Renacer ha sido cedido previo anterior compromiso a una exposiciĂłn en Budapest, asĂ­ que no se podrĂĄ contemplar en Renacer.

   PALENCIA EN MIS RECUERDOS     Una idea de Alfonso para "CuriosĂłn"