Lo mejor que pude ver en cuatro días de cine fantástico y mamarracho
La muestra de cine fantástico favorita por los fans más gamberros y con ganas de desgañitarse en una sala de cine, ha cumplido nada más y nada menos que 18 años y para celebrarlo, contaron (como ya es tradición) con la simpatiquísima actriz y directora Leticia Dolera para presentar algunas de las mejores y más descaradas películas de esta pequeña muestra que hoy por fin ha alcanzado la mayoría de edad. Algo que en palabras de su maestra de ceremonia “si la muestra fuese una mujer y estuviese embarazada, hoy si quisiese podría abortar sin permiso de sus padres” un chiste que aúna dos cosas en las que la muestra SYFY y Leticia Dolera se parecen mucho, ambas son políticamente incorrectas y ambas son amadas por muchos y odiadas por otros tantos. Nosotros por supuesto estamos en el lado correcto y nos declaramos fans de ambos.
Como todos los años no se cumplen 18 años. Para conmemorar su mayoría de edad, la muestra escogió para inaugurar una película de terror muy esperada que de lejos, era lo mejor con lo que podían abrir. Black Phone, la última película del célebre director Scott Derrickson hizo honor a su buen nombre y a su merecida reputación como grande del terror. El director de la excelente El exorcismo de Emily Rose (2005) y de la espeluznante Sinister (2012) ha escrito junto a C. Robert Cargill un guión libremente basado en un escalofriante relato corto de Joe Hill (hijo de Stephen King) dando como resultado la que es posiblemente su segunda mejor película (yo soy fan de Emily Rose y de ahí no me bajo). Black Phone aúna en sí misma muchos de los tics e influencias del director al servicio de una historia que abraza su lado más sobrenatural sin perder ni un ápice de tenebrosidad y humor.
El film cuenta la increíble historia de Finney Shaw, un tímido y retraído chaval de 13 de una pequeña ciudad de Colorado que es secuestrado por psicopática que se dedica a raptar niños que tras torturar los asesina y entierra bajo toneladas de cal viva. Finney es encerrado en un sótano insonorizado en donde establecerá contacto con los fantasmas de las víctimas anteriores usando como única vía de comunicación un antigüo teléfono negro averida y desconectado. A partir de ese momento el chaval hará todo lo que esté en sus manos mientras su perturbado captor espera el momento adecuado para asesinarlo y el resto de la sociedad se pregunta dónde estará el joven muchacho.
Un irreconocible y perturbadísimo Ethan Hawke se esconde bajo una careta que le cubre parcialmente el rostro y entrega una de las mejores interpretaciones de toda su carrera, llegando a helarte la sangre con su mera presencia en pantalla. Black Phone es un formidable cuento macabro para irse a la cama y no pegar ojo en toda la noche. Su malrollera atmósfera y su sobrecogedora dosis de conexión con la realidad hacen de ella una joya del cine de terror que debería ser aclamada y venerada por los fans del género. Una exquisita película de terror que sorprenderá y asombrará a muchos y que llegará a nuestras salas de cine el próximo 24 de junio de la mano de Universal Pictures.
El segundo día del festival hay que destacar para bien y para mal la estimulante y desquiciada película belga Inexorable. El nuevo y perturbador film de Fabrice Du Welz es una especie de descontrolada vuelta de tuerca a ese espectro de thrillers sobre invitados no deseados o extraños que se infiltran en tu vida para ponerla patas arriba. Un subgénero que encontró su máxima representación en la década de los 90 en films que asentaron escuela como La mano que mece la cuna (Curtis Hanson, 1992), Mujer blanca soltera busca (Barbet Schroeder, 1992) o De repente un extraño (John Schlesinger, 1990). Para la ocasión Fabrice Du Welz parece rendir homenaje a estos clásicos de culto para darle una descontrolada vuelta de tuerca y acercarlo al thriller erótico en donde narra la inquietante y muy desconcertante historia de Marcel Bellmer, un célebre autor que se encuentra en un importante bache creativo falto de inspiración tras no ser capaz de reponerse al éxito de su novela más vendida “Inexorable”.
Para poder encontrar paz e inspiración se mudará junto a su familia a su antigua mansión familiar en medio del campo hasta que un día una inquietante joven mujer que merodea alrededor de la finca es contratada como ayudante de la casa y niñera de la hija pequeña de la familia. La joven en cuestión resulta ser fan del autor y además esconde un oscuro secreto que al igual que el adjetivo que da título a su éxito literario, la unirá a ella inexorablemente.
Fabrice Du Welz juega muy bien con sus personajes y con las ventajas que el espacio que le da la mansión en donde vive su protagonista y compone en torno a ella una incómoda historia de obsesión y sexo violento que por momentos hará que te revuelvas en tu butaca. Lástima que sus muy buenas intenciones se queden en eso y no acaben de explotar como se merece. Inexorable es un entretenido y perverso thriller que se parece demasiado a otros muchos visto anteriormente que en honor a la verdad salvan los muebles bastante mejor que aquí. Aún así es de agradecer que una película tan sugestiva como esta haya encontrado su sitio dentro de una muestra en donde la serie B suele ser el protagonista absoluto de la misma.
Muy a favor siempre de recuperar el thriller erótico made in ‘90s, pero eso sí, que se haga bien porque la sombra de Paul Verhoeven es muy alargada e inalcanzable para muchos.
Justo después de la sobriedad y la incomodidad que generó Inexorable nos encontramos con el típico título que hacer honor a la muestra como es Let The Wrong One In, una comedia irlandesa de vampiros muy mamarracha y en clave baratísima que por alguna extraña razón que no alcancé a comprender entusiasmó al público asistente a la sala 1 (sala en la que es costumbre gritar y hacer chascarrillos a la pantalla durante la proyección de las películas) pero claro, por otra parte si esa película no funcionaba en esa sala y con ese tipo de público ¿dónde iba a funcionar sino? la Muestra SYFY supo darle a su público aquello que él quería y como prueba de agradecimiento se pasaron toda la película haciendo chistes con aún menos gracia que los de la cinta, porque a veces y solo a veces en la sala 1 de la muestra todo es posible.
La comedia de vampiros descerebrados está dirigida y escrita por Conor McMahon, un autor de esos que hacen todo lo posible por rendir homenaje a todas sus influencias cinematográficas y le dan forma de película de bajo presupuesto. Un film tan absurdo como entretenido y olvidable.
Las matinales son para soñar
Si hay algo que yo recuerdo de cuando me inicié en el apasionante mundo del cine son las matinales de los fines de semana. Supongo que como yo, cualquier niño que desde ya pronta edad era cinéfilo, recordará esas matinales con sus padres en las que gracias al cine todo era posible. Y si hay un director y una película que haya hecho honor a que el cine es el lugar donde nacen los sueños ese es Steven Spielberg y su E.T (1982).
Para celebrar el 40 aniversario de la icónica película de Spielberg, la muestra celebró una matinal con una copia restaurada en 4K de E.T El extraterrestre. Un film del que nunca me cansaré de ver y que por vez primera pude disfrutar con una calidad de imagen y sonido únicas. Es curioso comprobar cómo el público de cualquier generación se emociona y se entrega por completo a la preciosa amistad entre Elliot y E.T, algo que pase el tiempo que pase siempre funciona acariciándote el corazón. Quizá por eso es uno de los clásicos contemporáneos más aclamados por todos y del que mejor recuerdo guardamos. Todo un acierto en la mejor programación posible dentro de nuestra querida muestra SYFY.
Entre el resto de títulos proyectados en la muestra destacan también el divertido y muy sangriento remake de Slumber Party Massacre, a manos de la sudafricana Danishka Esterhazy que entusiasmó y divirtió mucho al público asistente. Un festival gore muy bien medido y que rindió culto a su film original satisfaciendo las necesidades de su público.
Para la clausura, la muestra escogió Virus 32 la estupenda nueva película de terror de Gustavo Hernández, el director de la exitosa La casa muda (2010). El director uruguayo conquistó al público y crítica con una estupenda y frenética película sobre un escalofriante virus que se desata en la ciudad de Montevideo convirtiendo a la población en zombies. Un excelente film que se coronó como una de las favoritas de la muestra y como un perfecto broche de oro sangriento en la que todos los allí presentes disfrutamos del mejor cine de zombies hecho en iberoamérica.