Revista Opinión

“mujer”

Publicado el 08 marzo 2011 por Franky
“MUJER” En estos tiempos, tan manchados de sangre femenina, viene a cuento recordar aquel apotegma: “No hieras a la mujer ni con el pétalo de una rosa” – proverbio persa que citaba el poeta mejicano Amado Nervo el siglo pasado. Y añadía: “No la hieras ni siquiera con el pensamiento”. La mujer es el ser más delicado, físicamente, de la creación y, a su vez, el más fuerte psíquicamente. Lo exige su destino de madre y la mayoría de las mujeres lo demuestran con creces. Por otro lado, el arte no se cansa de repetir la imagen del cuerpo de la mujer como la belleza más completa de nuestro mundo, aunque muchos hombres se empeñen en denigrala.

El gesto, el desaire y el insulto de un marido a su esposa; o el agravio, la ofensa y el ultraje de un hijo a su madre, es una herida que sólo una mujer asume con ternura y ofrece su capacidad de amar con exculpación. Porque, si en el mundo existe alguna realidad divina, es la vida que se trasmite a través de una madre. Y es ella la única que puede explicar el misterio de la existencia. Cuando nos enteramos de que una madre ha matado a su hijo o le ha cerrado la puerta de la vida, inmediatamente tenemos que concluir que está enferma, ha perdido el juicio o ha sido engañada.

La madre es la más efectiva colaboradora de Dios. Su carne no es como nuestra carne, está preparada para concebir y dar vida. Y asegura el poeta que, incluso en la mujer más vil, hay algo de divino. Dios mismo ha encendido las estrellas de sus ojos irresistibles para atraer. Si el amor de Dios se parece a algo en este mundo, es al amor de una madre. En España, para no privarnos de nada, se ha descubierto que algunos miembros de hospitales se dedicaron en la época de la Dictadura a robar recién nacidos a sus madres y a venderlos al mejor postor. Rompieron así los derechos más humanos del niño para crecer, desarrollarse y recibir educación a través de la madre.

En la familia, el hombre pone la fortaleza, la constancia, el impulso, pero la mujer intuye la perfección, el toque definitivo, la huella materna. Igualmente, en el conocimiento de los hijos, la mujer se adelanta por intuición, averigua la veracidad y la sinceridad con un solo golpe de vista, mientras el hombre necesita muchos contactos y reiteradas pruebas para llegar a ese conocimiento. Sin embargo, ambos se necesitan tan irresistiblemente que uno sin el otro son defectuosos; ambos son esenciales para formar una sola carne, crear nuevas criaturas y organizar una familia estructurada.

En estos cien últimos años, la mujer se ha colocado en la vanguardia de las principales actividades humanas: Enseñanza, Ciencias, Letras, Medicina, Política, Justicia, Deportes... poniéndose en muchos casos por delante del hombre. Algunos hombres no ha sabido responder al reto y reaccionan cobardemente, queriéndose imponer por la fuerza y la violencia. Este año 2011, celebramos el 100 aniversario del Día Internacional de la Mujer y el primero para la igualdad de género de la Organización de las Naciones Unidas. ¡Sería de justicia que fuera el año de! reconocimiento de la mujer!.

JUAN LEIVA



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